20 de diciembre de 2011

Ni todo ni nada, sólo algo

Esta es la segunda vez. Una hace unos años y otra ahora. Sabe que la vida le está mostrando algo que todavía no aprendió y Ella apenas si logra ver porqué apareció.
Sentada observa la situación, alerta, vacía y silenciosa. Siente, pero no se pregunta ni se involucra. ¿Explicaciones para qué? a esta altura los caramelos ya vienen sin envoltura…
Palpa la sonrisa escondida, el miedo, la desesperación, la necesidad de aprobación, la falta de confianza, la inseguridad, la testarudez, el dolor, las lágrimas secas, la inquietud, las paredes altas, la casa sin ventanas y sin puerta de entrada, el movimiento continuo, la frustración y la mirada profunda llena de palabras calladas.

Es que cuando los cimientos ceden y la estructura cae
Se ve el cartel que reza:
“Prohibido volver a armar…”

16 de diciembre de 2011

Ira, furia, fundamento y sustancia

Está todo teñido de rojo, sus ojos, sus puños, el cielo, los verdes, la madera, la arena, la noche, lo que toca, lo que mira y hasta el aire que respira.
Siente que la ciega una cortina de sangre y un río enloquecido la lleva a la pelea y a la venganza porque hoy, Ella toda, es ira y furia con sustancia.
No quiere detenerse, ya se hartó.
Acaba de barrer de un solo manotazo el paño verde, y las cartas volaron por el aire como plumas yendo a parar a cualquier lado. No le importa nada, y carta que encuentra, carta que patea, rompe y quema.
La mesa es un despojo de maderas desparramadas y la silla en la que estaba sentada es una pira funeraria en el centro de la sala…
Dicen que la venganza es un plato que se come frío, pero Ella sabe que no tiene gusto a nada. Por eso eligió la furia, la sangre, la ira, la caída sin escalas, el abismo y los pedazos…

No hay lugar más sano que el fondo del pozo
para apoyar los pies
y dar el salto

11 de diciembre de 2011

La calma antes de la tormenta

En algún momento del día un destello la alertó y la hizo tomar conciencia de la rara calma que había en la superficie. Bastó esa luz y en un segundo ya estaba sumergida, buceando hacia su centro.
Se observa. Nota que está inquieta y a la vez abstraída y tan absorta que parece hipnotizada. Se ve arrastrando los pies como si le pesara una eternidad la vida, va caminando con el alma echa jirones en los brazos, y en sus labios se insinúa, apenas perceptible, una sonrisa, que inútil, trata de ocultar el agobio que se le dibuja sin disimulo en los ojos.
El círculo no se cierra y ya está cansada, el cuerpo casi no le responde, no escucha los susurros que tanto ama, el silencio hoy no la abraza, los cinco escalones de madera gastada dejaron de llamarla y la brisa que siempre la despeina está sentada en la arena, esperándola, triste y acongojada.

Hay dos ases en esta jugada,
y un problema.
Tiene uno en cada manga,
y no sabe cual tirar en la mesa…

23 de noviembre de 2011

Cuando mucho es demasiado

Dos manos, diez dedos, siete anillos, uñas blancas y mil venas de ríos azules surcando la piel curtida por el viento, el frío, la herencia y los años.
Dos manos, una baraja y una sola silla, en donde está sentada Ella.
Sobre la mesa un paño verde y sobre él: su vida.
El mazo todavía está boca abajo y Ella con los brazos cruzados sobre el pecho sigue tratando, en vano, de apagar ese puño de fuego ardiente que le retuerce desde hace meses la boca del estómago.
Sus ojos verdes se nublan por momentos y se le hacen borrosas las cartas. Solas, una a una, se le caen las lágrimas…

Se está quedando sin fuerza y ya no tiene resto
Siente que mucho es demasiado
Y en ese demasiado
Se le está yendo el aliento

Nunca es tarde

Mañana…

A Ella no le gusta el mañana
Tampoco le gusta el ayer
Pero le gustan las mañanas
Y a veces, mira lo que pasó ayer
Nunca también es una palabra que no le gusta
Pero tarde… ¡sí! siempre llega tarde
En los tiempos de la gente, claro
Porque: ¿horas?
En su vida no hay horas
Ella suspira sutilezas
Se abstrae en lo tenue
En el sol que se esconde despacio
En la noche que asoma dormida
En la rosa que se despereza sin tiempo
En la arena que vuela sin rumbo
En el viento que juega en los rincones
En las ramas que se besan sin vergüenza
En los pájaros que aparecen sin saber… sabiendo…

ELLA

Sola
                             Libre
         Desnuda
                                          Vacía
                       Sabe
                                                    Siente
        Deja
IRA Y CALMA

SONRISA Y LÁGRIMA

21 de noviembre de 2011

Desgaste

Hoy está vestida de rojo, el color de la furia, el sabor de la sangre, el perfume de su rosa, el manto del torero, el atardecer de un día soleado, las llamas de su fuego, el malvón que hay en la ventana, el otrora color de su alfombra, hoy, descolorida y gastada.
Gira sobre sí misma y abre los brazos, el vestido arriba de las rodillas la muestra como una bailarina y sonríe. Mira alrededor, todo es un caos, las cosas vuelan locas y desesperadas buscando un lugar en donde descansar, pero Ella al fin logró saltar, salir del desastre y así es como pudo dejar de pintar el cuadro desquiciado y dar el gran paso. Está parada justo ahí, en el centro del huracán, en donde yace silenciosa y paciente la paz, porque en la periferia la confusión era tal, que se le escapaba la verdad.
El espejo se limpió y la refleja sin juzgarla. La sonrisa nunca abandonó su cara, tiene la piel hermosa y los ojos verdes y profundos de la calma.

Abre la puerta, camina descalza, baja los cinco escalones y pisa la arena tibia y blanca…

8 de noviembre de 2011

Esas cosas

Está sentada afuera, con el cuello del saco subido hasta las orejas y los puños estirados tapándole los dedos. El viento helado le llena de lágrimas los ojos, son lágrimas de viento y también lágrimas de pena…
Se deja llevar, se sumerge, mira lo que hay, siente el vacío, el nudo en la garganta, el puño ardiente apretándole el estómago y en la boca ese sabor amargo que deja la ira con sustancia.
Se detiene, la observa, tiene fundamento pero nadie tiene porqué saberlo. El precio es justo, nadie la obligó a parar en esa estación, es de Ella y no la escupe para afuera.

Hace años decidió que no hay tiempo que desperdiciar,
por eso el tren sigue andando,
por eso Ella no se detiene a esperar…

7 de noviembre de 2011

Demasiado temprano

Gris como hace meses y hoy es demasiado temprano, demasiado temprano para despertarse, demasiado temprano para fumar, demasiado temprano para teclado, demasiado temprano para todo.
La vida la sorprende y le muestra y, mientras Ella la mira, cae en la cuenta de que después de 44 años sigue sin conocerla.
Una lágrima quiere deslizarse, callada y triste, pero Ella no la deja, ya basta y se niega.
Parece que hay cosas que están demasiado cerca para verlas y es por eso que sin querer y desde hace semanas, los tacos están guardados, las uñas no tienen color y el verde de sus ojos desapareció.

Nunca es tarde para café y para darse cuenta
¿Pero es temprano para el cuarto cigarrillo, no?

9 de octubre de 2011

Sol lejano

Hay un sol lejano, desconocido y cálido que hace días le dibuja una sonrisa tierna y suave en los labios, mientras con cautela le abre el corazón, los ojos, el alma y las manos.
Le llegan las caricias escondidas en la brisa y el mismo cielo azul que los mira le cuenta que está cerca y que no hay prisa, porque por delante tienen toda la vida.
Los susurros, apenas perceptibles, resuenan en sus oídos como una maravillosa y acompasada melodía, mientras las letras se unen para escribir con lágrimas algunas palabras, dejando una huella imborrable de sal en la distancia.

Un cubo mágico descansa entre naranjas
camino al sol,
mientras ellos esperan con ansia
que encastre el último color…

7 de octubre de 2011

Y acá está

Se siente aplastada y desorientada, hay un monstruo inmenso y silencioso que la acosa, la acobarda, la acorrala y le retuerce en la boca del estómago un puño de fuego ardiente que por más que cruce los brazos y apriete, el dolor sube hasta cerrarle la garganta y la vence.
Es que el día la pilló de sorpresa y la descentró, desarticulándola, por eso en un momento creyó haber perdido u olvidado algo, cuando en realidad es Ella la que está perdida por haberse olvidado en algún lado.
No hace frío afuera pero tiene el frío adentro, un frío que la persigue y la entumece, al punto de apenas escuchar los susurros que a deshora, le hacen trizas los dedos, en cada letra que llora.
Es tarde y el día ya no está, pero el vacío que siente la sigue, y le canta al oído silencios que Ella tarda en deletrear.

Cuando todo se oscurece y nada es lo que parece,
es cuando cae en la cuenta de que las sombras nunca se desvanecen.
Por eso tiene a veces estos días…

…pero es sólo a veces…

6 de octubre de 2011

Sus padres

Hace muchos años que cortó el cordón, pero hace pocos que logró pararse y ver desde otro lado a sus padres, como personas y más allá del lazo de sangre.
Le costó menos que verse a ella misma, pero fue casi igual de doloroso. Defectos y virtudes, pero frustración, desesperación, preocupación, decepción y tensión permanente son las nubes que sobrevuelan sus cabezas por elección.
Hasta ayer ha tratado de hacerles entender que mirar para afuera no es la mejor idea, sí la menos dolorosa, pero no la mejor. Que escupir dolores propios en la cara de Ella y no hacerse cargo es una pena y que mancillar su alma con palabras a veces la envenena.

Pero fue hasta ayer, porque después de lo que pasó, paró en seco el carro y decidió pasar por otro lado…

1 de octubre de 2011

Aferrado

Hoy hay algo de sol y descalza siente que sus escalones apenas tibios la invitan a sentarse. Apoya las manos a los costados y cierra los ojos, silencio y equilibrio famoso.
Sigue con la intriga de hace días, pero hoy no hay lágrimas y sí una dulce huella salada que le cuenta que la verdad está cerca, tan cerca que le hunde el estómago y la obliga a respirar profundo para así evitar el sofoco.
Tiene que quedarse adentro, quieta, alerta, consciente y tranquila para poder ver y sentir al otro; entonces lo mira y cuando lo toca se materializa entre sus dedos la tristeza, el dolor y la amarga sensación de haber llegado a algún lugar y no saber bien qué hacer ni en donde está.
Es que la vida se olvidó de pasar por su escritorio a buscar el recorrido y sus sueños se hicieron añicos, por eso se siente perdido, pero es un hombre obstinado y Ella ve que sigue aferrándose con fuerza al último peldaño del pasado…

Entonces se levanta y entra, mientras él se cierra.
Sabe que no es su tiempo,
como sabe que cerrarse
 no atrapa lo que ya se ha ido

26 de septiembre de 2011

Al borde

A pesar de estar sentada en su alfombra y con las piernas cruzadas, siente que tiene más de la mitad de los pies en el aire, a metros de altura, en el último piso, ahí, justo ahí, en donde un pequeño soplo bastaría para hacerla caer.
Hace días que tiene un nudo en la garganta, pero llora de a poquito, no se quiere abrir, tiene miedo de ahogarse y tiene que seguir.
Hace magia con la baraja, pero son demasiadas las cartas y está cansada…
Mira alrededor y no hay nadie, no hay nada, está sola, más sola que nunca y más grande.
Sigue sujetando el carro, pero por momentos se hunde, entonces aprieta la madera con fuerza de no sabe dónde y logra sacarlo y otra vez vuelta a tirar.
Ella sabe que hay un lugar en donde descansar, pero no está cerca. Todavía le falta un trecho largo y más ruedas atascadas y más fuerzas sacadas de algún lugar de las entrañas y más lágrimas no derramadas y más sangre en el alma y más piel desgarrada y más espinas clavadas y más gritos sin palabras y más retiros que estocadas y más alguna que otra cachetada.

En verdad falta,
falta un poco todavía,
falta la otra mitad de la vida…

18 de septiembre de 2011

Y aunque siga...

No hay té, no hay pelo suelto ni pies descalzos. Hoy Ella tiene frías las manos y el cigarrillo está apagado.
El teclado hace largos silencios, está todo más que quieto, se desvanecieron los colores y los almohadones, y perdieron definición los espacios.
Sabe que buscar explicaciones es desenterrar un millón de opciones, cuando siente que lo que siente “es” porque las tripas ya se lo contaron.
No es fácil mantener la serenidad cuando lo que le pasa es raro, cuando escabullirse no tiene sentido y huir no está en su vocabulario.

Hoy, más que nunca, tiene que quedarse adentro, en el vacío y en lo que le susurran sus entrañas aunque no pueda detener las lágrimas…

Aunque siga

Y como siempre cuando necesita verse, se sienta con la espalda apoyada en la pared, casi a oscuras, con el pelo suelto, los brazos apoyados en las rodillas y los pies tocándose tibios y descalzos… piel y piel.
Mira lo que hay, Ella no va más allá, pero sí se sumerge hasta lo profundo, justo ahí, en donde está la verdad.
Sabe que esto empezó y terminó, aunque siga… ¿raro no? pero lo entiende y lo vive así, como vive un toro sus últimos instantes, resoplando y pateando la tierra, aún con la estocada de muerte clavada en la vena.
No se lamenta, no hay remordimiento, tristeza ni pena, tampoco hay pérdida de tiempo y sí la ganancia de mantenerse a distancia y serena disfrutando de la experiencia.
Se siente distinta, está haciendo cosas que no ha hecho nunca en su vida y mientras deja que sucedan, abstraída de la situación se observa.
Tensión, placer, roce, darse cuenta y dejar que la vida fluya y la lleve en sus brazos, hacen del momento algo grato.

Va hasta el fondo, sigue buceando,
no hay nada escondido ni reservado.

Esto es algo que empezó y terminó aunque siga pasando…

12 de septiembre de 2011

Algunas cosas

Recién llega, se saca los tacos, se ata el pelo y cuelga el tapado. Café, cigarrillo, teclado, silencio, piernas cruzadas y el sol entre los árboles acurrucándose cansado.
Está tranquila, es su casa, su madera, son sus ruidos, sus olores, sus luces, es su perfume, su calor, son sus rincones, su sillón y su taza…
En su lugar no hay maquillaje ni extraños, no hay cuidados ni silencios forzados, no hay sonidos desarticulados ni sombras en cualquier lado, el espacio está limpio y su aire no está viciado, por eso no hay pesadez entre los cortinados.

No hay un lugar en el mundo en donde sea Ella, toda, completa, con sus dioses y sus diablos, con sus odios y sus amados, con sus lágrimas y una sonrisa en los labios.

(…salvo acá, entre sus almohadones anaranjados…)

8 de septiembre de 2011

Intriga

No hace frío y así como está, casi desvestida, sale y se sienta en el primer escalón. El pelo suelto apenas se mece acariciándole la espalda y mientras la noche cargada de aromas la relaja, por su mejilla una lágrima resbala callada.
Se sorprende pero no tiene miedo, todo es más que claro, aunque lo que siente es algo raro.
Trata de ubicarse en el tiempo y en su espacio pero esos ojos oscuros que la miran tan de cerca y esos dedos suaves que la acarician tan despacio la confunden.
No hay lazos, nunca los hubo y hay un abismo insalvable que los separa y los enlaza... y Ella que no puede explicar lo que le pasa...

¿Su intriga?

Que el piso desaparezca bajo sus pies en el próximo paso que haga…

28 de agosto de 2011

Siendo sola

Entra y se saca las medias, hoy necesita sentir la suave caricia de la madera en sus pies. Camina descalza hasta la cocina y se hace un té, amargo, fuerte y negro, como la noche que envuelve su refugio y oculta de miradas ajenas los escalones, las ventanas y su silueta callada que camina pausada y sin sombra por la casa con las luces apagadas.
Se sienta, la taza entre las piernas, el cenicero a un costado y el cigarrillo entre los labios.
Mira alrededor y se ve siendo, sola y joven, aún con los cuarenta ya pasados.
Atrás quedaron demasiados recuerdos olvidados, soltados, desamarrados y tan lejanos que los perdió de vista hace rato.
Sigue mirando y prende otro cigarrillo que ilumina apenas el espacio, dejándole un resquicio por donde espiar el futuro de sus pasos, pero igual que sus recuerdos, parece que el destino se mantiene a misterioso recaudo.

Hoy siente que se ha encontrado.
Está justo en el medio,
con el cigarrillo entre los labios
y la taza de té entre las manos…

25 de agosto de 2011

Teatro vacío

Está apagada, sin sonidos, con los instrumentos en las piernas y mirando atónita las cuerdas que yacen flojas, y las boquillas que se apoyan desajustadas, y las teclas despintadas que parecen anquilosadas.
El escenario es una muda foto, y los pesados cortinados una tosca burla que acarician, estáticos, el tablado.
Todo quieto, vacío y callado. Todo muy nada y Ella sólo siendo testigo de esta jugada, por eso no está sentada, porque en sus manos, hoy, no está la baraja.
Siente que es ajena al aire que la envuelve y de ahí la ausencia, los labios cerrados, los ojos lejanos, los pensamientos olvidados y este silencio que canta desafinado…

21 de agosto de 2011

Furtiva

Camina descalza y despreocupada sorteando los almohadones que quedaron desparramados sobre la alfombra descolorida y gastada del centro de la sala.
Su cara de misterio y de leyenda ilumina la noche con una sonrisa pícara, mientras sus ojos verdes dicen todo y no dicen nada…
¿Conocerla? Imposible de tan simple. Ella es un silencio de palabras.
¿Predecirla? Sin planes no hay manera.
¿Leerla? Su espacio es translúcido y ahí no hay letras.
¿Encontrarla? No, porque no existe, Ella vive y fluye.
No hay una sola forma de saberla. Ella nunca está estática, Ella no está muerta y sin embargo muere y nace todos los días.
Se deja llevar, ahora está o se desvanece y sin dejar rastro desaparece.
Hay quienes se atreven y hacen el intento, pero Ella los mira divertida hasta que quedan sin aliento.
Hay quienes se rinden buscando explicaciones, pero Ella se aleja en silencio y los deja sumidos en cavilaciones.

Si Ella es para Ella un solo interrogante,
para los demás ¡es desesperante!

Para G. F (T)

Vuelve la calma

Es más tarde que ayer y recién llega, hace mucho frío afuera pero la taza de té le calienta el alma y las manos, mientras el humo del tercer cigarrillo recorre silencioso el sinuoso camino hacia la única lámpara que ilumina la pantalla.
Anoche se sintió violentada, sucia y alterada pero hoy ha vuelto la calma y con ella la decisión de qué hacer con el ácido jadeo que hasta hace algunas horas la perseguía y le respiraba lascivo en la nuca, justo debajo del pelo largo.
Necesitó retirarse un poco y cruzar a la otra vereda y aunque ésta vez no le costó tanto, la cara que vio reflejada en el espejo y esa compulsión inconsciente de hacer un bollo con la ropa, la dejó perpleja y atontada…
Ahora entiende y no va a dar explicaciones, a esta altura sabe que lo mejor son un par de palabras y no una larga serenata.

(Con las horas se fue disolviendo el fétido aliento, pero ayer creyó, por un momento, que no iba a tener pies para salir corriendo…)

19 de agosto de 2011

Sin dudas

Pasa por adelante del espejo y en ese segundo, sus manos se abren en un mudo gesto ante la cara descolocada y desarticulada que hoy, es su reflejo.
Se desviste rápido, hace un bollo con la ropa y corre a la ducha, está apurada, el agua hierve, tiene que sacarse urgente el día de encima, el perfume, el maquillaje, el frío, ¡todo!
Ya es tarde y no tiene nada que decir, porque no hay palabras que puedan describir la situación, sólo una risa incrédula y sincera que sale desde el fondo de su alma mientras el agua le moja el pelo y la cara.
Sale de la ducha, vuelve a mirar el espejo y se pregunta: ¿puede algo, al mismo tiempo, ser tan cómico y tan trágico?

Pero ya no le caben dudas, porque de haberse escuchado más temprano, hubiera evitado la huida y el espanto y ese aliento ácido, en la nuca, del mismísimo diablo…

12 de agosto de 2011

Interpretaciones

Sigue lloviendo y terminó de mirar la película. Ató los cabos y ahora entiende que su interpretación es una y la de los otros no cuenta, porque entre su verdad, y la verdad del resto, está la verdad, y Ella sólo la puede mirar con su cristal.
Está tranquila hoy, en paz. Es imposible que lo que piensen los demás entre en su metro cuadrado, porque las cosas son tan simples que parecen complicadas y por eso al principio no entendía de qué se trataba la trama, había demasiados cuadros, todos diferentes, todos mezclados, todos así como agarrados de los pelos y unirlos le resultaba bizarro.
Recién ahora, sentada en el sillón, con las piernas recogidas y abrazándose las rodillas entendió cómo venía barajado el mazo.

Porque la gente insiste en posar los ojos en la periferia, y hablan como si supieran, cuando en realidad la maravilla está adentro y no afuera.

En definitiva: la inteligencia escasea y abundan las torpezas
y así no hay forma de armar un rompecabezas…

11 de agosto de 2011

Lluvia

No hay letras flotando en el aire, sólo una lluvia intensa y transparente de música monótona y constante que la lleva a lugares recónditos y escondidos y la transporta al más vacío infinito.
El sopor la revitaliza, el sonido la calma y las notas la callan, al punto de impedirle cualquier movimiento que detenga ese sosiego que siente en el alma.
Lluvia, agua, río, orilla, paz, instinto, revolución, horizonte, quietud, excitación, sigilo, placer, destino, turbación, hechizo, desconcierto, magia…
Hoy la lluvia la extasía y la embelesa, haciéndole diáfano el cielo de su vida y dándole un color incorpóreo, inasible y sublime a su fantasía.

10 de agosto de 2011

Sin sueño

Es tarde y se le cierran los ojos, pero no quiere ir a dormir, está tirada entre los almohadones, jugando, con los dedos de sus pies.
Sabe que en el dejarse llevar hay mil opciones, y como no tiene nada que perder, hace lo que siente y huelgan las explicaciones…
Su única guía la tiene en las tripas, y aunque la mente le juegue malas pasadas y la atormente con deberías y tendrías, Ella no la escucha y se hace la distraída.
Cambia, elige, sigue, para un minuto y mira, camina, tropieza, se cae, se acomoda la ropa, llora y se ríe y todo a veces en el mismo día.
Sabe que la cautela es necesaria, pero no el miedo y cuando apaga las luces y se encuentra, escucha en silencio y observa.
Se mira, es Ella, y sonríe. Conoce sus secretos y los guarda, son sus semillas y las cuida.

Sus ojos verdes son un espejo.

(y su mirada sigue siendo un dulce misterio…)

8 de agosto de 2011

Una película

El lugar está a oscuras y Ella está sentada en el piso, con la espalda apoyada en la pared, los brazos sobre las rodillas y las plantas de los pies tocándose con ternura, piel contra piel.
Está viendo una película y no logra entenderla, siente que le falta algo, es como si se hubiera perdido una parte. Entrecierra los ojos, tal vez así pueda leer las letras chiquitas, pero no, no le está dando resultado. Aguza los oídos, tal vez escuche algún susurro olvidado, pero no, no hay tal susurro. Se inclina hacia adelante y mira con detenimiento, pero las imágenes se le mezclan, está demasiado cerca.
No puede pararla tampoco para volver atrás y verla de vuelta, tiene que seguir mirando, tal vez está interpretando mal las cosas y por eso se siente perdida e inquieta, pero está con los ojos más abiertos que nunca y sigue sintiendo que algo se le escapó entre los cuadros y que Ella no pudo atar los cabos.
La invade una impotencia absurda y desmedida, pero sigue sentada como si nada estuviera pasando, aprendió que en este estado es mejor abstenerse que andar gritando.

… y se alejará en silencio
como siempre hace,
cuando ya todo sea risible
y para el otro: demasiado tarde…

1 de agosto de 2011

Sabores y miedos

Hoy la envuelve sigilosa una niebla blanca y vaporosa que huele a estigma y a leyenda, a miedo y encantamiento, a suspenso y a misterio, a travesura, y a tímido y enigmático desenfreno.
Manos sin nombre le alborotan el pelo y sin permiso, la desnudan de secretos; mientras unos ojos oscuros la arrancan sin celo de las profundidades de su silencio mostrándola asustada, sorprendida e indefensa ante tamaño arrojamiento.
No entiende cómo se metió en esto ni lo que está haciendo, perdió la ilación de su discurso incoherente, se le desordenó el desorden y se le dio vuelta la vida convirtiendo el cielo en tierra y el mar en arenas.
La brisa que la acaricia y los escalones gastados se han confabulado para reírse a escondidas y hacerle cosquillas, mientras esas manos desconocidas, suaves y atrevidas, insisten en darle vuelta la vida y sujetarle la rienda con osadía…

27 de julio de 2011

Otro de esos días

Hoy es un día en donde Ella quisiera no estar presente, ni ausente, ni nada, sólo no estar.
Un océano de sensaciones y vacíos la atormentan, por eso, cuando amanece sólo espera la noche para rendirse y que el acoso no la aceche.
Los anteojos más oscuros que nunca, los tacos silenciosos, la expresión muerta, las manos crispadas, el pecho hundido y sus pasos casi al borde del abismo.
No hay lógica en lo que siente. Este es el camino más largo de su vida, un camino sin retorno, empinado, espinoso, oscuro, peligroso, lodoso, resbaladizo y doloroso.
La angustia no tiene fin, y con la vida atorada en la garganta y los puños cerrados llenos de ansiedad, se niega a caminar. No da más, no tiene espacio para gritar ni río en donde fluir, siente que se cae y que luz que la guía no está.

Quiere esconderse, irse, esfumarse, desintegrarse y desaparecer
Sólo por hoy, hasta mañana, para siempre...

Sólo no estar

22 de julio de 2011

En ningún lugar

Ella fluye, como siempre, porque en su vida no hay planes ni preguntas y sí relojes sin agujas, que distraídos van marcando el ritmo de su locura.
Y en ese dejarse llevar la sorprende una mirada, que termina en encuentro y en un abismo que los separa y los une al mismo tiempo.
Ella siente que no hay reservas, explicación ni cautela, sólo estrellas y una gaviota solitaria, que desde la oscuridad del silencio, los observa.
Están en ningún lugar, suspendidos en el tiempo, lejos del suelo, abrazados mirando el lago y ahogando gritos de contención y afecto.

Quizás, algún día descubran el motivo del encuentro,
Y él tal vez sepa cómo fue que ella, con sus tacos

se le cruzó entre sus pasos…

18 de julio de 2011

Casi nada

No hay mucho que decir en la espera, está sola, desnuda, descalza y de cara al cielo nadando en su silencio.
Ya no cuenta las horas, porque desde que la vida la está llevando acurrucada en sus brazos desapareció el tiempo.
No hay encierro tampoco y se desvanecieron las sombras, las palabras y los fantasmas porque está todo abierto.
Tiene en este desierto su espacio, todo para Ella, y por eso se entrega, porque no le hace falta nada ahora que están echadas todas las cartas.

Sus lágrimas saladas se funden en el río
y etérea su alma forma parte del vacío…

(Ella se está dejando ir)

10 de julio de 2011

Recorriéndose

Hoy está en el medio, parada justo en el centro ¡son tantas cosas!
Abre los brazos y las recibe y las deja y las mira y las siente y les permite. La rodean, la tocan, la acarician, le murmuran, la abrazan, la huelen, le sonríen, le secan las lágrimas, se alejan y vuelven.
Ella se entrega y les da el cuerpo, el alma, el silencio, la brisa, las palabras, la arena, los tacos, los escalones gastados, los pies descalzos, los anteojos negros, el sol, las paredes oscuras, su música, y su pelo largo y desordenado.
Se abre sin condiciones, sin miedos, sin preguntas, sin sombras y sin planes.

Hoy la vida la está sosteniendo,
y Ella, entre lágrimas,
se acurruca en sus brazos…

8 de julio de 2011

Se pierde

Está descalza y sentada, en el primer escalón de madera blanca y gastada, tiene el pelo suelto y está cansada y es por eso que se le pierden las palabras, los cielos y las pisadas.
Sabe que esto no es un juego y entre suspiro y suspiro no sabe en donde poner lo que tiene entre los dedos.
Está en ese ir y venir, en el torcer para equilibrar, en dejarse llevar y fluir, pero se hace lento, y a veces, siente que se le va el aliento.
Tiene que esperar, y apoya los codos en las rodillas

(mientras un mar de lágrimas le acaricia las mejillas…)

3 de julio de 2011

Sentidos

Se le pierden los dedos en el teclado, está confundida y mareada y tiene el pelo revuelto y desordenado, como las sensaciones que hoy la recorren, todas juntas y mezcladas dejándola sola y desorientada.
No encuentra las letras, los silencios, su espacio ni sus tacos, y la arena se le confunde con la brisa, los escalones con la alfombra, la taza de té con las paredes oscuras, los fantasmas con las luces y el camino con las nubes…
Siente que no puede detenerse porque ya es tarde, el tren está en marcha y va rápido y sólo tiene dos manos para barajar todo el mazo y hoy es demasiado.

Está perdida y sin brújula
Se deja llevar y no lucha
Pero la espera la agobia
Y eso… eso la asusta…

28 de junio de 2011

De acá no sale

Aprendió, ya sabe que hay cosas que no tiene que hacer y palabras que no tiene que decir y por más que se salga de la vaina ésta vez se guarda, para Ella, para cuando las cartas estén sobre la mesa y el juego esté abierto, entonces, recién ahí lo va a gritar a los cuatro vientos.
Hoy no hay nudos en la garganta ni nervios, la decisión la tomó hace tiempo y mientras afuera es todo un caos, adentro hay pura conciencia y en la boca ese sabor dulce que queda después de probar el fruto de la paciencia.
La excitación ahora es tranquilidad y espera, porque la etapa está cerrada aunque alguno no la entienda.

Y es que cuando algo tiene que llegar, llega, aún en este desierto de arena…

27 de junio de 2011

Brazos cruzados

Está cansada de tanta payasada, del frío y de los malos ratos, se hartó y harta es un peligro.
A veces el espacio se le hace jaula y su refugio la abraza hasta dejarla sin resquicios, convirtiendo el silencio en ahogo infinito.
No hay nada que decir, tampoco hay nada dicho pero hoy siente que protagonizar esta tragicomedia es una hazaña sin límite que la está llevando al borde del abismo.
No sabe si reírse o gritar, no sabe si pegar un portazo y correr, no sabe. Es como si estuviera atada de pies y manos, anclada y amordazada y encima está enojada, ya la historia no tiene nombre, y se está prohibiendo de hacer, porque sabe que de nada a un desastre hay un suspiro.
Tal vez sea esto lo que necesita, llegar a este límite maldito, en donde las palabras no alcanzan para decir lo que siente y los gritos no tienen sentido.

Tal vez, sólo tal vez
sea éste el lugar,
el santo grial,
el que se encuentra ni bien uno llega al final.

23 de junio de 2011

Espera

Se hace largo, muy largo, demasiado. ¡Es tanto! Se detiene un instante, está a mitad de camino, hace frío y sigue con las manos en los bolsillos y el cuello del saco levantado.
¿Será la mitad? Eso es lo que Ella cree porque no hay nada adelante y ya no ve nada atrás.
¿Volver? No, no puede volver, el puente ya no está y es imposible cruzar.
¿Seguir? Sí, tiene que seguir no le queda otra, pero está cansada y su cara hoy es una mueca imprecisa y desdibujada.
¿Qué hay? Se para en puntas de pies. ¿Habrá algo?
Y, si la historia sirve de guía y había algo atrás, adelante también tiene que haber algo ¿no?

¿Y entonces ahora por qué no hay nada?

21 de junio de 2011

Ausencias

Hace unos días que está experimentando ausencia de presencias o presencia de ausencias, algo así como un vacío externo, ajeno y pretencioso que la incomoda un poco. Intenta no cuestionarlo pero necesita saber lo que le está mostrando porque no lo tiene claro.
Se sienta en la alfombra y apoya la espalda en la pared esperando ver el cuadro o al menos alguna luz que ilumine algo de lo que está pasando; su mente deja de funcionar, es instantáneo, si funciona la marea y por eso la anula y se va para adentro.
Está caminando este prado virgen pisando casi los 45, es una especie de maratón de mil millas con la cabeza en la boca del león todo el santo día.
Tiene claro que es su elección, eso no lo discute, ni se le ocurre. Pero se le hace cuesta arriba y hay momentos en los que titubea y tambalea y siente que se la va a comer.
Está más sola que nunca, pero no es eso lo que le molesta, es que andar a ciegas es peligroso y saber lo que no quiere es peor.
Alguna luz se filtra y le permite ver la pintura, no completa eso sí, pero algo vislumbra.

Es que andar a tientas y con un león a cuestas
no es tan terrible después de todo

¡Pero vaya que si es todo un logro!

20 de junio de 2011

Magia

Está lloviendo, otra vez apenas, hay grises afuera y camina lenta la brisa que hay entre Ella y el cielo que está demasiado cerca. No hay tristeza y sí un silencio que en el relato se va haciendo letra.
Café, un cigarrillo y una pregunta: ¿qué hay?
Hay sensaciones. Ochenta y cuatro meses de destrucción y siete años de revolución.
Se dio cuenta de que la locura es la cordura de saberse, y de no permanecer aún estando, por eso ahora puede sonreírle a su imagen con picardía y verse desnuda sin lugar a dudas.
La magia es el cambio, es sacar conejos de galera todo el tiempo y es marcar terreno con sus tacos en el suelo.
No tuvo que avisarle a nadie, el proceso fue adentro, en el más caótico y confuso silencio. Siguió afuera, como una tormenta evidente y lenta que barrió con todo y que la dejó sola y entera, sentada en la arena.

¿Qué hay?
Hay sensaciones, conejos, pelo suelto y anteojos negros…

17 de junio de 2011

Muestra

Después de lo que le pasó la última vez, no le quedan dudas del dicho que reza que para muestra basta un botón… o varios en su caso.
Su lista es extensa y con todo lo que vivió ya tiene más que suficiente. Varios tamaños, variadas formas e infinidad de colores, pero botones, sólo botones, nada más que botones y con botones ¡no hace nada!
Le falta la camisa y en estos momentos carece por completo de tela. No hay, no la encuentra o no existe, no sabe, pero la tela no aparece.
La estuvo buscando pero sólo encontró los botones y no le sirven. ¿Qué puede hacer sólo con botones? Nada, no puede hacer nada.
Se sienta, necesita descansar un rato, tomar aire, recuperar fuerzas y reírse, sí, reírse porque se ve a Ella misma juntando botones de todos los colores y ¡no tiene la camisa!
No puede más, se le caen las lágrimas de tanta carcajada. Sentada ahí, con las manos llenas de botones y ni un ojal ¡¡¡ni uno!!!

14 de junio de 2011

Nunca es tarde

El nombre le llama la atención, después de varios días algo le empieza a hacer ruido y recién ahora se da cuenta de lo que es.
Se levanta de la alfombra con el ceño fruncido, los labios apretados y las mandíbulas tensas; Ella lo vivió como un momento raro y distinto pero ahora se le mostró claro, y no lo puede creer, porque se quedó con lo que le había provocado y ni se le ocurrió cruzarse a la otra vereda y verlo desde el otro lado.
Está enojada, no le gusta nada lo que pasó, la jugada no fue limpia, estaba sucia desde el principio y eso la enajena.
Está escribiendo despacio pero no puede contener la rabia. Confía en ella, pero sabe que de otro puede esperar cualquier cosa, y de todas formas le lleva tiempo darse cuenta, necesita digerir, apartarse y sosegarse para que la imagen se le dibuje nítida y pueda ver el cuadro entero.
Algo había en el ambiente que no encastraba y no logró descifrarlo hasta hoy. Tuvo que cruzarse, darse vuelta y verlo desde otro ángulo. Lo había dejado ya, como algo que pasó y se fue, pero le sonaba una campana…

Siniestro es la palabra
sucia fue la jugada
y no es venganza,
pero el que las hace…
¡el que las hace las paga!

Voces y silencios

Se hace largo el proceso, es lento, es cansador y lo está agotando. Ya no da más, puede sentirlo aún estando tan lejos. Está indeciso, enojado, frustrado, harto, al límite de sus fuerzas y se quiere ir, quiere huir de sí mismo como si la confusión y la desesperación no fueran a correr atrás de él.
Ella le dice que escapar es llevarse consigo todo de lo que se quiere deshacer porque no es posible irse sin uno mismo, no es posible trasladarse en cuerpo y dejar la esencia.
Siente su furia contenida, está a punto de explotar. Ella sabe lo que está pasando, lo revive junto con él, puede verse reflejada hace muchos años cuando empezó a morir para nacer. Siente el mismo ardor en la espalda, el ahogo que no la dejaba respirar, las lágrimas nublándole la vista, el pulso tembloroso y la birome vomitando palabras y más palabras.
Está a punto de caer pero algo le detiene ese paso. La puerta atrás de él todavía está entreabierta y no se decide a cerrarla a sus espaldas. Hoy está todo oscuro y no ve nada y levantar el pie es la decisión más fuerte de su vida porque no hay vuelta atrás y él lo sabe y ya casi está sin aliento.

Ella sigue sentada, lejos, pero al lado de su alma.
Y lo mira con la ternura más dulce porque simplemente: lo ama…

Para J.L.B

13 de junio de 2011

Diálogo en prosa

Siguen juntas, ahora adentro, es de noche y tienen mucho de qué hablar.
El lugar está en penumbras y huele a una caprichosa mezcla de lavanda, jazmines y maderas añejadas. Las cortinas están descorridas, las tazas de té descansan sobre la alfombra gastada en donde están sentadas, el fuego palpita cómplice y silencioso mientras la noche callada las escucha, inmensa y oscura, y Ellas… con el pelo suelto y los pies descalzos hablan sin cautela y casi en un susurro tratando de no despertar a las estrellas…
Una se siente cansada, tiene los puños crispados y la espalda encorvada; la otra está relajada, con la cabeza de lado, y miran al cielo las palmas de sus manos.
Se dicen y se cuentan mientras entre los dedos van tejiendo la magia de saberse iguales siendo distintas.
El fuego, de tanto hacer silencio se está apagando, entonces Ella se levanta y le echa otro leño; la otra permanece sentada con las piernas cruzadas, viendo cómo, entre el humo del cigarrillo, juega con la sensación de quedarse pero sólo porque quiere dejarse ir…

12 de junio de 2011

Esto era

Camina casi en el aire, con las manos en los bolsillos, díscola, sola, risueña y divertida.
El camino es largo y lo sabe desde el principio, pero ya tiene resueltos los primeros acertijos, esos a los que hace un tiempo y con tanta desesperación les buscaba las respuestas.
Pero acá están, éstos son, de esto se tenía que dar cuenta, esto es lo que tenía que ver.
Entonces pasa revista y encuentra una sucesión ininterrumpida de divagues histéricos, enojos infantiles, arranques inconvenientes, palabras estériles, confusas exigencias, sonrisas dudosas, falsas intelectualidades y nula inteligencia.
Ella no tiene dudas, nunca las tuvo, pero tenía ese par de preguntas y ahora tiene las dos respuestas.

Y también una gran lista de niños grandes sin inocencia, impotentes mentales importantes, pavos reales desplumados y para colmo de males ¡haciendo alarde!

8 de junio de 2011

Sólo cosas

A Ella sola le pasan estas cosas, sólo a ella, sólo cosas.
Nunca fue tan nunca y nunca fue tan tarde.
¿Raro? Sí, raro, distinto, diferente, inesperado.
¿Sorpresivo? Sí, tan sorpresivo que se tapó la boca con las manos y toda Ella no podía creer lo que estaba escuchando.
No fue una estocada ni un golpe bajo, fue algo que entiende con el corazón pero que es imposible de procesar con la razón, tan imposible que no lo hubiera ni soñando porque parece ficción...
Su vida tiene estas cosas, y vienen para mostrarle, son los espejos que a veces se le paran adelante y la dejan sin aliento y casi sin talante.
Hace tiempo que aprendió a recoger el guante y a seguir, pero todavía está movilizada y mil sensaciones juegan en su aire.
No está sonriendo, no hoy, porque no es para nada hilarante, y si no hubiera estado parada en su espacio y tranquila de sus pasos, esto la hubiera hecho caer y retroceder un millón de años.
Se juega en forma constante y arremete con consciencia, Ella va, no pregunta, sólo hace.

Y así es como se encuentra con cosas como hoy, esas cosas que sólo a Ella le pasan, esas cosas que la dejan muda y sin un sólo interrogante…

Limbo

Está rara, casi irreconocible, nunca estuvo así, tanto que tiene que mirarse en el espejo para reconocerse.
Es Ella, sí, pero una Ella vacía que permanece inmutable, porque tocarla es imposible, llegarle es traspasarla y mirarla es no verla; ya llegó a un punto en donde despojada de todo se mantiene consciente, tranquila y alerta, tan sólo con el silencio como morada, por eso ni los pensamientos se atreven y ni hablar de los fantasmas.
¡Es todo tan simple!
Pero para darse cuenta hay que limpiar, sacar, arrancar, tirar y soltar y Ella ya pasó por ese proceso y ahora limpia todos los días.
Sólo espera a que se encienda la noche y recorre el camino hacia su centro, sentada en la alfombra se observa, toca, siente, huele y escucha hasta aceptar, entonces llega el momento de abrir las manos y soltar.

Y cuando suelta ya está,
porque Ella no mira para atrás
y porque lo que se va,
se va para no volver más…

3 de junio de 2011

Algo que estaba flotando

Es de noche, son más de las dos de la mañana. Recién se termina de bañar y está inquieta y no puede dejar de fumar, algo se salió de lugar, o no, todavía no le queda claro.
Tiene el pelo húmedo pero necesita ir afuera, aunque haga frío, aunque esté helando y el viento le congele la nariz y las manos.
La vida no pasa a buscar el recorrido por su cartera, por eso Ella hace lo que siente y ésta vez la situación la dejó desorientada pero en paz, movió algunas fichas y el juego la corrió de lugar.
No hay un sólo rastro, las copas ya están guardadas y está todo ordenado, como si no hubiera pasado nada.
Se hace un té y se sienta a charlar un rato con su silencio y a observar las sensaciones que desde hace dos horas la recorren por dentro.
El sentimiento es el mismo que cuando una pieza del rompecabezas que está dando vueltas sobre la mesa y que no encaja en ningún lado, de pronto encuentra su espacio.
Ahora lo ve nítido, había algo flotando desde el principio que nunca estuvo claro, sólo que recién pudo soltarlo.
Otro cigarrillo enciende la noche mientras la taza de té le calienta las manos. Acaba de cerrar y borrar, ya no hay resabios, ya no queda huella y ni un sólo rastro.

Entra.
Acá no ha pasado nada,
salvo que algo pasó
cuando hace dos horas salió
y cerró el portón…

2 de junio de 2011

Interminable

Ayer una amada voz le preguntó si no se le hacía interminable. Sí, a veces se hacen largas 24 horas de soledad y más cuando uno está luchando, porque entonces cada segundo dura horas y cada paso una eternidad.
Es difícil no huir, pero más difícil es quedarse y dejarse matar. No hay otra forma de que nazca el árbol si antes no muere la semilla, pero el proceso se hace doloroso e interminable, y decirle a él que nunca hay un final y que siempre es un comienzo, es peor.
Lo ama con toda su alma pero no puede sujetarlo aún viéndolo caer, por eso Ella se sienta en sus escalones y lo mira sonriente mientras le cuenta que sabe que en el fondo está la respuesta, y que dentro de un tiempo, cuando ancle sus raíces en lo profundo de la tierra y despliegue las alas, va a sentirse libre y va a encontrarse…

Ésta no es una carrera,
acá no hay una meta,
éste es un camino
esto es darse cuenta…

1 de junio de 2011

Clara

No se siente incómoda siendo clara, es más, le incomoda no serlo.
El lugar se ilumina con sonrisas, y, palabras más, palabras menos se muestran las cartas. Están jugando el mismo juego, al menos eso parece.
Ella es paciente y sabe lo que quiere y lo deja en claro, ya no tiene edad para complicaciones y malos ratos.
Es transparente el aire que los separa, y nada más osado que hablar sin reparos, pero se entienden y eso a Ella la deja tranquila porque no va a cambiar su esencia, no quiere, aunque a veces resulte grosera como una camionera.
Se miran, se están estudiando hace rato y entre sonrisas y café ya no quedan más preguntas que hacer.

Se ríen, se abrazan, se separan
se vuelven a abrazar
(esto recién está por empezar…)

31 de mayo de 2011

Muchos

Ella no quiere correr riesgos, así es que en la penumbra se desnuda, cierra los ojos y borra nombres, caras, susurros y preguntas; porque hay algo que no quiere transigir en estos tiempos, aún sabiendo que su decisión puede ser revocada sin permiso y de un plumazo en cualquier momento.
La ausencia de rostros le permite no involucrarse y así seguir caminando, porque no se había dado cuenta de lo que necesitaba este pasto verde, este aire interminable, esto de saberse y tocarse, de hundirse y levantarse…
Es consciente de que puede pasarle en cualquier momento, y bien que lo sabe! pero viene esquivando con cintura las balas y la rutina ya dejó de ser parte de su vida.
Se toma todo en broma, Ella es poco seria cuando pasa por esta tierra y hoy siente que éste es el momento que esperaba, porque su libertad y la paz de su alma no tienen precio, aunque las haya pagado caras.

y mientras camina y ve su reflejo en las vidrieras,
elige la ropa que mejor que le queda…

30 de mayo de 2011

Ni acá ni en ningún lado

Huele a lilas y a brisa con gusto a sal, está sentada en el último escalón, el más gastado, el que casi se apoya en la arena, el que a veces toca el mar.
Tiene los dedos entrecruzados, los codos en las rodillas, los pies de costado y el pelo suelto y revuelto porque estuvo jugando…
Ella sonríe, siempre sonríe, porque le pasan tantas cosas como granos de arena tiene pegados en los pies.
Está relajada, tranquila, sosegada, distraída, volada, quieta y silenciosa, como si no estuviera.
No, no está, no sabe cómo, pero no está. No es Ella la que escribe ni la que mira más allá. No, Ella se fue.
No hay mente, no hay fantasmas, no hay sombras, no hay corsarios, no hay miedo, no hay lucha y no hay oscuridad; hoy se siente parte indivisible del todo, indefinida y a la vez clara y cierta, e invadida por esa sensación de dejarse ir que pocas veces siente y que tan bien se siente!

Hoy Ella se fue y también se quedó

(debe ser por eso que no está)

28 de mayo de 2011

Página en blanco

Apenas se filtran los rayos del sol por la ventana, apenas, como no queriendo. Pelo recogido, uñas negras, silencio, teclado, cigarrillo y café.
La página se le presenta como un blanco desafío, como una montaña a escalar o un desierto a cruzar, porque lo difícil de escribir es la primera letra, el resto sale como un torrente que a veces no puede frenar. Después vienen los recortes, el tono, los tiempos, las comas, los puntos, las “y”, las repeticiones necesarias para marcar, y el dichoso remate que a veces le lleva más tiempo que todo el resto.
De una carilla completa el texto se convierte al final de la revisión, y después de más de una docena de lecturas, en un puñado de palabras que tienen que tener sustancia. Sí, tienen que decir todo lo que Ella siente en el momento en que pone los dedos en el teclado.
A veces de uno salen dos porque se le mezclan la mano izquierda y la derecha, el diablo y el dios, el bien y el mal, la risa y el llanto; entonces divide, copia, pega, corta, saca y agrega, borra y vuelve a escribir, revuelve sinónimos, busca antónimos y trata de rimar o de arrimar palabras que rimen porque ¡no puede no rimar!
Ella no escribe por escribir, Ella escribe para respirar y porque necesita sacar y soltar.

Y cuando termina se levanta
camina liviana y descalza
abre la puerta y espera
sólo espera…

(que pase algún viento y se lleve sus letras…)

27 de mayo de 2011

Escuchando sus pasos

Necesita algo que no tiene, algo que no tuvo nunca, algo que no sabe cómo se siente, algo que no sólo imagina.
No está en sus sueños, está en su piel, puede sentirlo, es etéreo, invisible y se desvanece tan rápido como aparece.
Tiene un rostro, pero cuando trata de mirarlo se disuelve, siente los brazos fuertes en la cintura, pero cuando trata de tocarlos se esfuman.
Lo busca hace años por las calles, en cada rincón, en cada esquina, en cada café, en cada silla, en cada auto que ve, en cada uno que la mira.
Sintió muchas veces haberlo encontrado pero no, no fue así.
Quiere dejarse ir, un rato, un tiempo
Quiere descansar y saber que todo está bien
Quiere escuchar que le susurra esas palabras al oído
Quiere sentir que puede tocar sin miedo a que todo desaparezca...
Una a una se le resbalan las lágrimas por las mejillas, sin detenerse, como quisiera que nunca se detuviera ese abrazo, como quisiera para siempre sentirse contenida.
Está alrededor, puede sentirlo, está viniendo despacio y Ella lo está esperando

… mientras en silencio escucha sus pasos…

Un cómico dilema

Ella siempre se encuentra en situaciones en las que se le plantean dilemas, los cuales, y por regla general, resultan ser siempre hilarantes, no en el momento en que la cuestión se está cocinando, porque está loca pero no es tonta, pero sí después.
Es tarde ya, son más de la una y debería estar acostada, pero el café y el cigarrillo no son amigos del sueño y sí los aliados de su desvelo.
Algo zumba a su alrededor hace rato y vanos son los intentos por descifrarlo, porque si lo piensa con lógica se le abren mil opciones, para no decir millones y parecer exagerada, sabe que es su mente la malvada, y ya la tiene calada, por eso decide dejarla que elucubre tranquila mientras Ella, en silencio, se retira.

Está claro que no conoce la prisa
y que la situación no amerita.
Mañana seguro se tienta
pero no de hacer, sino de risa…

26 de mayo de 2011

Ira con fundamento

Un tigre en una jaula de un metro por un metro es lo que es Ella hoy. Camina por la casa enajenada y furibunda con los puños apretados y las mandíbulas listas para devorarse a cualquiera que se atreva siquiera a mirarla.
Es un imparable ejército de fanáticos enardecidos, una masa de músculos llenos de adrenalina de la cabeza a los pies, y sus ojos son un arma con la mira puesta en una sola cosa y Ella apunta más lúcida que nunca porque está furiosa.
Es un peligro para cualquiera que se acerque, pero ya no le importa, ahora sí se siente implacable, despiadada y belicosa.
Palabras… y más palabras… las borra, ya no las escucha, ya no va a escuchar nada.

Alguna carta se le dio vuelta y no vio venir la jugada.
Ahora son los hechos los que van a hablar, o dispara.

24 de mayo de 2011

La única rosa que se va a llevar

Hay un don que ha sabido cultivar en estos años y es el don de la paciencia, que se parece mucho a la rosa que tiene afuera, la primera que compró, la que tiene el perfume más intenso, la que en veintidós años soportó heladas, podas dramáticas y trasplantes a destiempo y sin embargo sigue floreciendo cada diciembre, casi casi para el día de su cumpleaños.
Su paciencia hace que su espera sea una espera sin tiempo, y por eso la sorprende tranquila y sentada, como espera el vigía en el mástil más alto del barco y en la noche cerrada, la luz de algún otro barco o el avistamiento de una isla cercana.
Sin este don su vida sería una tragedia, pero es como su rosa, la única que se va a llevar cuando se vaya, esa, la que está afuera…
Ella ya no está, ya se fue, le falta cargar la rosa en el auto, cerrar la puerta y no mirar para atrás para no convertirse en estatua de sal.
Es cuestión de tiempo nada más, pero Ella tiene un reloj sin agujas y no se preocupa, en su vida no existen los días y sí el don que cultiva.

Su rosa dejó de florecer y se está retirando
pero sólo para regalarle a Ella, en otra tierra
la primera flor en el día de su cumpleaños…

Cuesta arriba

A pesar de estar sentada en sus escalones, siente que no para de subir, desde hace años está trepando, a veces hasta con las manos, al punto de hacer sangrar las yemas de sus dedos. Sólo descansa cuando la vida le da un respiro, entonces se detiene, pero no por mucho, toma aire y fuerza y poniendo un pie adelante del otro sigue subiendo, confiando en ella misma, en sus decisiones y en la férrea determinación que la empuja desde que nació.
Hay una voz sin nombre que la llama, y Ella contiene la respiración para escucharla y saber de donde viene para seguirla, mientras allá arriba en la distancia ve un tenue resplandor que le hace de guía.
Sabe que la cuesta se hace valle, y que al final hay un remanso que la espera, para curar las yemas de sus dedos, para lamer con miel sus heridas, para soplar con ternura las sombras de su alma, para espantar a sus fantasmas, para limpiar sus ojos de lágrimas, para hacerle oler el perfume de las flores más bellas y traerle el agua más dulce…
Sabe, confía, sube, descansa, trepa, para, respira, llora, sonríe, mira y sigue…

Hay al final de la cuesta un lugar que la espera
Y en cada paso que da, una estrella…

22 de mayo de 2011

Una foto

A la distancia una simple foto la golpea como una bala directo en el pecho, se le hace un nudo en la garganta y se le llenan de lágrimas los ojos.
Puede palpar la tristeza de ese rostro, la ausencia, los eternos grises, el desamor, la dejadez, la vana y superficial rebeldía y los gritos tan audibles y a la vez tan silenciosos.
Sus dedos recorren las arrugas de esos ojos hace tiempo acariciados y se le caen las lágrimas, ya no puede hacer nada.
Se sienta en sus escalones, es de noche y hace frío y no puede borrar la imagen que la golpeó, le resulta imposible y no entiende porqué.
Se dice a sí misma que no hay una explicación para estas cosas y que sólo pasan…
Respira hondo, se seca la cara con las manos y se levanta.

La imagen que vio, hoy la sigue, como una sombra, por toda la casa…

Inocentes

Sentada los observa, como si no estuviera, y los escucha, y sin que se den cuenta se les escabulle bajo la piel. Hace tiempo aprendió a intuir lo callado, a buscar lo escondido, a desenterrar lo guardado. No hay un rincón en la tierra en donde se puedan esconder, porque Ella… Ella los conoce a todos.
Se frena y aunque no hay motivo para detenerse y decir lo que siente, calla.
Sabe que lo no dicho es lo real, que lo que se esconde es lo que es, y lo que tratan de no mostrarle es lo que ella ve con total nitidez.
Es tierna, fugaz, atrevida, avasallante, cautivadora y etérea, y por eso los deja, mientras se divierte y juega.
Ha recorrido un largo camino y sus misterios están escondidos tan a la vista que son imposibles de ver, por eso creen, inocentes, que al halagarla la guían directo a la trampa, pero se equivocan, no es fácil jugar con esta mujer, porque no es cualquier mujer.

Ella también es hombre…

19 de mayo de 2011

Grises y café

Está todo quieto y llueve, hoy es uno de esos días pálidos y callados de grises y café.
Ayer… ayer fueron su cansancio, su llanto y sus gritos al cielo, pero hoy Ella brilla de colores aunque esté vestida de duelo y con las uñas de negro, tiene el pelo suelto y esa mirada abierta, libre e intensa que ejerce la admisión con pleno derecho, porque es su mesa, son sus cartas y es su juego.
Se saca los anteojos, ya nadie puede ver lo que piensa, ya nadie tiene siquiera la posibilidad de saber lo que siente.
Es Ella, de eso no hay duda, y es la Otra, en la que se desdobla.
Son dos
Son la misma
Insondables…
Inalcanzables…
Es la verdad y el engaño.
Es las palabras y el silencio.
Es el reflejo y el espejo.
Es lo que muestra y el misterio.
Es andar descalza y es también, el ruido de sus tacos en el suelo...

17 de mayo de 2011

Jugando

Agazapada, invisible y tranquila, espera, como un cazador… y escondida entre la hierba se mueve en silencio como si fuera parte de la misma tierra.
Sonríe, hay cosas que no pueden ser y sin embargo son, porque es todo tan predecible, tan lógico y al mismo tiempo tan bizarro y sorprendente!
Ahora está jugando, y ésta vez es en serio, sabe cuáles son las cartas y está apostando fuerte.
Atrás quedaron el miedo, las preguntas sin respuestas, el desconcierto, y el sudor helado en el sueño.
Se mimetiza, se desdobla, es Ella, es Otra, es la imagen que le devuelve el espejo, es lo que ven los demás, es lo que oculta, es lo que muestra, es las palabras, es el engaño, es la verdad, los silencios, y el más puro misterio…

¿Estará el as sobre la mesa?
¿O estará en su cartera…?

15 de mayo de 2011

Antónima

Hizo algo que tal vez no deba hacerse, pero lo hizo igual, espíritu rebelde y juego peligroso si los hay…
Decidió desdoblarse, pararse justo en frente de Ella y actuar como si fuera su propio antónimo… resulta algo incómodo porque tiene que pensar mil veces qué decir, qué escribir, mil veces qué sentir!
Se revuelve en la silla, sus manos se aquietan en el teclado, sus dedos esperan el orden de las letras y la correcta ilación que tarda demasiado, pero lo logra, midiendo cada movimiento porque puede caer al abismo en cualquier momento.
¿Cómo ser Ella sin serlo?
¿Cómo ser su propio opuesto?
Ella ya se conoce, pero desconoce el efecto que causa en el resto, y el espejo le devuelve una imagen que la impacta y la deja sin aliento.
Se recorre, se observa, se abstrae y se espía, sondeando en silencio secretos hasta llegar hasta sus más íntimos misterios.

Los ojos verdes que la miran le devuelven pícaros una sonrisa.

...hoy está probando ser el antónimo de sí misma…

13 de mayo de 2011

Determinada

Camina con paso firme, y por la misma inmensidad que ayer la sacó de quicio y la hizo gritar; hoy su andar es otro, su cuerpo sin peso baila en las veredas como si fuera viento, y se escucha dulce y despreocupada la melodía de sus tacos en el suelo.
Es otra, siempre es otra, pero hoy está distinta. Siente que la fuerza que sale de la tierra la absorbe, y la lleva en el aire como una burbuja de colores.
Sus caderas se mecen, desafiando cualquier juicio al caminar, mientras sus ojos… esos ojos verdes, insondables y misteriosos, resultan imposibles de esquivar.
Cruza calle tras calle sin mirar para atrás, como hace con su vida, y acepta jugar, porque ya no le queda nada que perder y porque sabe que va a ganar…

(lo importante, en realidad, era intrascendente…)

5 de mayo de 2011

Inicio

Y mientras camina por el vasto espacio en el que hace un tiempo tuvo que entrar, se pregunta de qué se tiene que dar cuenta, qué es lo que tiene que ver, a dónde tiene que mirar.
Se detiene, la brisa de siempre la sigue y eso la tranquiliza, pero no puede preguntarle nada porque jamás le contestaría.
Pone las manos en los bolsillos y sus ojos se posan lejos, o cerca que es lo mismo, pero lo único que distingue es la más suave y sustancial ausencia de todo… nada…
No sabe qué buscar, ni si buscar, no sabe para dónde tiene que mirar o si hay algo que ver; sólo siente que la metieron a jugar y ahora que ya está adentro no sabe qué juego es, ni cómo se juega.
Entonces gira, y ésta vez con la brisa dándole de lleno en la cara, saca las manos de los bolsillos y las agita, impotente, en el aire, mientras le grita a algo o a alguien: ¿qué es lo que tengo que ver?
No hay respuesta, no hay nadie, no hay nada… sólo Ella

Gira en silencio. Hoy, ya nada es lo mismo, y vuelve a poner las manos en los bolsillos.

Acaba de decidir que no le importa no tener ventaja, y que sea lo que sea, va a tener la fuerza para llegar a casa…

3 de mayo de 2011

Tormento

Sigue en el piso, arrodillada, abrazándose el estómago. Intenta levantarse pero el dolor le cruza el pecho como una brasa caliente, de lado a lado. Siente que la torturan, le queman en los oídos, dan vueltas a su alrededor, son demasiadas y la marean, y la hunden y la llevan afuera y la sacan de su centro, aturdiéndola y negándole el acceso a su silencio.
¿Por qué ahora?
¿Por qué?
Mira alrededor como mira un ciego, sin ver. Las escucha, ni mil manos le alcanzarían para taparles la boca y callarlas y ya no tiene fuerzas ni para rendirse ni para levantarse y echarlas.
Se le acercan las paredes, como si estuvieran construidas sobre rieles; y las sombras se ciernen sobre su cabeza agregándole un martirio más a su sufrimiento.
Huir no es la respuesta porque la van a seguir adonde quiera que vaya. No, no va a huir. Está clavada en el piso, sobre su alfombra, con los brazos ceñidos a su estómago, hincada de rodillas y sin aliento para levantarse.
No hay nadie, está sola, con ellas… millones de ellas.
La desafían, insultando su inteligencia. La acorralan hace horas y no se van a ir, no tan fácil…
Ella sabe que la respuesta es no responder, pero el dolor no cesa y ella no puede correr. Necesita aire y con las paredes acercándose y sin puertas ni ventanas siente que la asfixian y entre lágrimas les grita que ya dejen de acuciarla.

Y mientras se derrumba, resuena en sus oídos la peor de las respuestas:

“Ésta vez no hay ventaja,
vas a tener que enfrentarlas”

1 de mayo de 2011

Preguntas

En algún momento de la noche descubrió que a su alrededor, y como si fueran aire, habían infinitas preguntas. Quiso detenerlas pero le fue imposible, ya era tarde, por algún resquicio se fueron infiltrando y sin darse cuenta las fue respirando.
Ahora está a merced a ellas, parada en el medio del salón, impotente, descalza y sorprendida.
Se diluyen las salidas, sin ventanas y sin puertas, no hay espacio por donde escapar. Está confundida y paralizada como si en un sueño y a mitad de la noche le hubieran entrado a robar el alma.
No sabe qué hacer, no puede respirar, la sofocan al punto de ahogarla, la acosan sin la más mínima compasión presionándola y subyugándola, doblegando su espíritu y haciéndola caer de rodillas.
Hincada y sin aliento se dobla sobre sí misma, tratando con los brazos de aplastar tanto dolor… pero no puede, siente que es imposible, sabe que ya no da más…

Hoy no tiene escape, ni respuestas
Hoy siente, que está al límite de sus fuerzas…

28 de abril de 2011

Horizonte de montañas

Ella recibe un llamado, por el tono de voz del que llama sabe que se acerca a paso de gigante un colapso, y que el que llama lo hace para que Ella le explique lo que ve, a la distancia, porque los separan miles de kilómetros, casi tantos como los kilómetros que lo separan a él de sí mismo.
Escucha su voz, es la voz de la calma antes de la tormenta. Ella sabe, como si lo hubiera parido, que esas letras espaciadas y ese tono recto y sin inflexiones, son la consecuencia de estar parado justo en el borde del abismo, el lugar perfecto en donde ya no importa nada.
No hay necesidad de calmarlo, él no está nervioso, está paralizado, entonces Ella con suavidad lo va guiando, sabe que tiene que alejarlo de ahí.
Él la escucha, y trata de entenderla, pero Ella, mejor que nadie sabe que la experiencia es propia y no puede pasársela como una posta.
No es fácil dejar de alimentar la mente, y frenarla para él es imposible, porque es perversa y voraz y tiene un estómago imposible de llenar.
Lo ve cerca aún estando lejos, Ella es hábil leyendo letras calladas… porque aprendió que entrelíneas hay más sentido y sustancia que en las palabras.
Trata de hacerle ver que lo que le está pasando no es una sola cosa, porque un vaso no se llena con una gota, pero una sola logra desbordarlo.
Él ya encontró el resquicio y ese es el primer paso, Ella está feliz por su hallazgo pero sabe que le falta un trecho largo…

La exigencia es la búsqueda vana de la perfección y su hijo…
Su único hijo es el fracaso…

Para J.L.B

21 de abril de 2011

Original y copia

Es como Ella, pero es diferente. Dice de sí misma que está loca, anda a contramano del mundo, va cuando todos vienen, no cree en nada, hace lo que quiere, habla y habla y no piensa (en esto se parecen).
Hoy se encontraron, hacía mucho que no se veían y Ella la nota cambiada, es otra; no, es otro envoltorio pero es la misma, la misma de siempre! Está loca, definitivamente es una loca suelta entre los cuerdos.
La afinidad entre ellas es traslúcida, palpable, como dos fotos superpuestas, se parecen, son distintas…
A veces una siente que es la otra, porque son como dos gotas de agua con distinto ropaje y con el mismo andamiaje.
Salen, los escalones las esperan, Ella no recibe visitas pero sí la recibe a ella.
Se sientan y las dos perciben la tibieza de los escalones blancos y gastados, la brisa salada, la arena caliente en los pies, el sol… ese sol amante que las llena de silencio, las entibia y las embriaga.

Se miran, codos en las rodillas, manos en las quijadas
sonríen…
si alguien estuviera mirándolas diría que son original y copia,
pero con distinta ropa…

19 de abril de 2011

Horizonte limpio

Ya terminó de sacar, de limpiar y de vaciar; en su casa sólo quedan algunos recuerdos, y en su alma lo aprendido de lo sufrido, porque no hay rencores ni odios sino más bien un agradecimiento sentido.
Aprendió a sacar de lo malo lo mejor y entre los dedos a separar.
Ahora puede a la distancia distinguir lo que pasó, porque cuando las cosas están demasiado cerca, el horizonte deja de serlo y se convierte en una gran montaña imposible de escalar.
Sí, ahora puede ver con claridad cómo desaparecen las miradas asustadas y cómo se evaporan dolorosas palabras e ironías soslayadas; ahora ve el porqué de ese silencio sin sentido, hijo ilegítimo de los grises y de algún amor fallido.
Mira alrededor, otra vez no queda nada, y sentada en sus escalones entiende que vino sola y que sola se irá, sabe que no pueden entrar en su lugar porque no hay espacio para nadie más; por eso a Ella no le importa lo que piensen y sigue intentando, probando y acertando, sumando y restando, dividiendo y multiplicando.

Se levanta, el sol se está escondiendo y se saca el sombrero
Sonríe… ahí adentro es en donde guarda sus secretos…

17 de abril de 2011

Aparece

Se conocen desde siempre. Él un hombre paciente, casi un anciano, en realidad siempre fue un anciano para Ella, pelo, barba y túnica, todo de color blanco, ojos azules, cara arrugada. Un hombre de espaldas anchas y manos fuertes, de pies desnudos y sandalias.
Creyó Ella en algún momento de su juventud, cuando descubrió su presencia, que era dios, pero no, más tarde él le dijo quien era.
Hoy recuerda aquella piedra en donde estuvo sentada durante años y lo recuerda a él, parado a su lado, esperándola, sabiendo que no podía cargarla, haciendo silencio cuando ella gritaba, secando sus lágrimas ni bien eran derramadas, sosteniendo sus manos cuando ella le suplicaba, despertándola cuando se moría, sacudiéndola cuando escapaba.
La vio rendirse una vez, caer hondo y desintegrarse, y ahí supo que era el momento. La instó a salir con voz calma y pausada tendiéndole sus manos cálidas y arrugadas, y mirándola con esos ojos profundos y azules que no necesitan palabras la ayudó a nacer, paso a paso y lágrima a lágrima.
Hace unos años hicieron un viaje y visitaron a sus cinco maestros vestidos del mismo color que el paisaje. Ellos le dijeron que después de cuarenta años ya era momento de acomodar las cosas, y le dieron coraje; pero Ella necesitó tiempo, hasta que un día sintió cómo se iban descarnando uno a uno los barrotes de su cárcel, dejándole vacía el alma y quedando entre las piedras del camino su vida hecha jirones de piel y sangre…

Desde entonces caminan uno al lado del otro, y nunca se detienen. Se ha perdido de vista la piedra en la que ella permaneció largos años sentada, como se ha perdido el suelo en donde él la esperó con paciencia sosegada.

¿Y su nombre?

… sólo Ella conoce su nombre…

15 de abril de 2011

Uno de esos días

Está gris y frío afuera, y también adentro, hoy es uno de esos días de manos heladas y ríos detenidos en el tiempo.
Hoy es uno de esos días, sí, uno de esos días que pasa en cámara lenta, como si no pasara, uno de esos días que se puede tocar con las yemas de los dedos y sentirlo tan impersonal, tan ártico, tan objetivo, tan imposible de juzgar…
Un día sin tiempo, sí, hoy es un día sin minutos que amaneció y atardeció sin que pasaran las horas, y que flotará para siempre en el espacio como un día sin alma.
Hoy no hay uñas negras, ni tacos, hoy está descalza y las uñas casi blancas. No hay anteojos tampoco, no hacen falta, porque alrededor no hay nadie que pueda verle los ojos verdes perdidos entre pilas y pilas de nada, viendo como pasa sin pasar la película de su vida.

Se tira en el suelo lleno de almohadones y descansa…
hoy es uno de esos días en donde nada pasa.

14 de abril de 2011

Noticias raras

Lee la noticia que le llega y queda pasmada, no entiende lo que está escrito. Vuelve a leer una y mil veces y no, no tiene lógica, el contexto es correcto pero lo que ve es una bizarra humorada dicha en serio y se le dibuja en la cara una mueca de puro azoramiento que la hace levantar las cejas, porque esto que está viendo es real, aunque parezca una broma trasnochada.
Se levanta porque tiene que salir y se lleva ese conjunto de letras leídas y no entendidas, tal vez en la oscuridad de la noche pueda darles aunque sea algo de fundamento.
Vuelve y es igual, no las entiende, parecieran estar escritas con un velo de ironía solapada e inconsciente en un momento de olvido y apuro, porque no cabe la posibilidad de que estuvieran escritas en serio, no con la historia que sustenta esta noticia, no al menos para Ella!

Decide que en una caja irá la respuesta, vacía de toda palabra, porque para esto que hoy recibió, lo único que cabe es el silencio del desconcierto.

12 de abril de 2011

Uñas negras y ojos pintados

Respira y pone los dedos en el teclado. A esta hora y sobre el escritorio, la agenda y el cuaderno con letras rojas yacen cerrados.
Hace meses que está corriendo y está cansada, pero la carrera es larga y las piernas le piden a gritos que se saque los tacos.
La vida no deja de llamar a su puerta y tiene que atender mil voces urgentes, mientras sostiene el galope de su corazón en las manos.
Los segundos que para no le alcanzan, y es tal la vorágine, que para saber en donde está parada hace un esfuerzo sobrehumano.
Cuando logra frenar, aunque sea un rato, siente que todo rebalsa en sus brazos y hace malabares con los tiempos, las voces y sus pasos.
Y entonces, con los ojos entrecerrados, Ella trata de hilar lo que siente y de tejer un acorde acompasado que no suene desafinado…

…mientras en la casa sólo se oye el humo de otro cigarrillo y la respiración de la lluvia en el tejado…

6 de abril de 2011

Ella intensa

Ella suele pasar por estos enojos, como pasa por los amores y los odios, y los vive plena porque: ¿cómo pasar un enojo a medias?
Cuando surgen estas iras urgentes y la invaden, Ella abre los brazos y las recibe porque si no entran tirando abajo la puerta, van a entrar por la ventana y se van a esconder debajo de la cama y ahí no va a encontrarlas, ni va a vivirlas y van a permanecer y se van a alimentar y la van a corroer hasta hacerse gigantes y difíciles de correr.
Dosis inmensas de ira pasan a ocupar toda su piel desde la cabeza hasta los pies, entonces sus ojos se vuelven nítidos, sus manos escriben firmes, sus pasos se plantan con fuerza en la tierra y su furia arremete con conciencia.
Cuando llega a este punto, a esta esquina de la balanza, empieza a torcerse para el otro lado, y en un ir y venir constante, pasa por el equilibrio pero sin quedarse, como no se queda en ninguna de las dos esquinas, va y viene, y así sigue y sigue, equilibrando, estabilizando, yendo y viniendo.
Si optara por quedarse en un solo lado sería funesto, como sería funesto quedarse en el medio porque entre el amor y el odio hay mil estados, y entre la ira y la serenidad hay otros tantos.
Todos bogan por lograr el equilibrio, pero Ella sabe que el centro está muerto, como sabe que están muertos los bordes y que en una orquesta no toca un solo instrumento.
En la vida hay blancos y negros y está lleno de colores el resto, optar por uno solo es perderse, por eso ella pasa por todos pero no se queda a vivir en ninguno, porque quedarse y permanecer es morir y desaparecer…
Y va yendo de una orilla a la otra, del día a la noche, del sol a las estrellas, de lo lento a lo rápido, de la locura a la cordura, de lo suave a lo áspero, de estar quieta a moverse, de equivocarse a acertar, de hacer al no hacer, de subir a bajar, y mientras, va escribiendo para vaciar…

Nada es todo el tiempo igual, nada dura una eternidad, la vida es empezar y terminar, es sumar y restar, es amar y odiar con la misma intensidad…

4 de abril de 2011

Huyendo de la imaginación

Recibe una noticia que no entiende ni comparte, una noticia de desgano y rendición que le deja en el alma un frío ardor y en los labios la más amarga sensación.
Trata de entender las palabras “seguro y estable” pero no puede, y se aparta para ver las letras de lejos porque la lastima verlas tan de cerca.
De pronto siente un golpe en el pecho que la deja sin aliento, pero sólo porque empieza a entender los silencios… ellos le hablan de desesperación contenida, de respiración suspendida, de lágrimas guardadas, de sorpresas desperdiciadas, de maravillas ignoradas y de misterios evadidos.
Los silencios le hablan, y Ella, con el corazón oprimido, siente que su elección lo llevó a vivir vacío y a darse por vencido…
Le duele lo que está leyendo, y por instinto se levanta, tiene que irse un rato, no soporta esta violencia de letras, ni el innecesario maltrato.
Cuando vuelve no encuentra cómo decirle que todo lo que hay alrededor está cambiando, algunas cosas en forma apenas perceptible, otras en forma rotunda, por momentos la transición es suave y delicada, y en otros, brusca y grotesca.
A veces la vida, al mirarla todos los días, parece que está detenida y sin embargo se mueve, porque hasta lo que simula no cambiar, está cambiando; y trata de explicarle, hasta con las manos, que no tiene que rendirse y que resignarse es morir, pero las palabras y los gestos se le pierden, como sus lágrimas se pierden hoy por él, en el papel…

Entonces se pregunta si ella también se transforma…
y sí, ella ya no es la misma que hace un minuto
leía esa noticia sobre la alfombra…

Para P. G. P. P

1 de abril de 2011

Noche

Es de noche, ya se están apagando los ruidos y las voces que la acosan durante el día en interminable tropel y el humo del cigarrillo dibuja blancos fantasmas en el aire, mientras el cenicero descansa en el último libro Gabriel.
Está oscuro afuera y sus escalones están fríos y húmedos; sus ojos cansados se quieren cerrar y así dejar morir el ayer y volver a nacer, pero se resiste, no quiere irse, Ella se quiere quedar…
Su alma le dice que es tarde y sus dedos cansados se toman una eternidad en responder, pero Ella, entre lentos y pausados parpadeos, sigue en pie…
Está en una pausa, reposa tranquila y se deja llevar, pero sigue buscando sin buscar y mirando sin mirar…
No se permite los desvíos ni los atajos, no ésta vez; tiene que pasar por este lugar y lo abraza como abrazaría a un amante tierno y considerado, porque no hay otra manera, no a ésta edad y no con lo que aprendió estos años de tanto andar.
Su agenda está llena de notas que no para de tachar, y en su casa de maderas oscuras y envejecidas hay infinidad de listas, sus perpetuas listas, las que hace para no olvidar esa otra realidad, la realidad del mundo en el que está sin estar.
Se materializa el silencio, y la negrura de la noche que las estrellas hacen el vano intento de iluminar, llena de enigmas y de bruma sus espacios y la confinan entre las cuatro paredes sin ecos y sin voces y lejos de la arena y del mar…
Todavía no es tarde y tal vez termine de cruzar el puente algún día y pueda soltar la mano que la sostiene, pero el cuándo y el cómo son un misterio, como su vida que siempre fue una incógnita de insondables y maravillosos secretos.

El cenicero sigue descansando sobre los discursos de Gabriel y Ella sigue escribiendo entre parpadeos y sorbos de té, mientras el humo de otro cigarrillo sigue haciendo ariscos arabescos y se burla, escondiéndose entre las letras y el papel…

31 de marzo de 2011

En la pausa

Sigue en este “no hacer” fluyendo, respirando, siendo...
Flota, y el río la lleva, risueño, mientras Ella va absorbida, adentro, con el pelo largo nadando lejos de su cara y los ojos cerrados…
El sol le ilumina los labios y la hace sonreír, tierno, dulce, cálido…
El agua está tibia y un millón de gotas la sostienen como si fueran dedos llevándola por su diáfano cauce, delicados…
No hay obstáculos, es como si todo fuera río sin orilla y estuviera sostenido por el mudo aliento de la vida…
Está entregada, y transportada por suspiros a lo largo del río Ella se deja llevar, extasiada… mientras los rayos del sol que tocan el agua iluminan su piel vistiéndola de diamantes hasta los pies…

Está en una pausa (como si fuera agua)
Camino a casa…

27 de marzo de 2011

Desatino

Sale, es de noche y hace frío, por eso está envuelta en su largo, pesado y cálido abrigo, taco aguja y la cartera, infaltable, con más de lo necesario… pero tiene que tener algo en las manos.
A veces necesita sumergirse en el afuera y hoy la ocasión es perfecta.
Llega, amigas la esperan. No es el lugar que acostumbra, ni la hora, pero decidió ir para ver…
Se sienta y el espacio que ocupan se llena de risas que se convierten en carcajadas por las ocurrencias y por los temas que van saltando sin ton ni son de uno a otro sin ninguna correlación.
Son todas mujeres y si alguien las escuchara, entendería las palabras pero le sería imposible hilar con coherencia, porque sólo ellas entienden los porqués los cuándo y los cómo…
Se siente sapo de otro pozo, éste no es su espacio; sus años y la música que empieza a hacer estragos en sus oídos y en su garganta se lo dejan más que claro.
Pide un café, lo único que la conecta con algo que quiere y conoce. Pero no hay caso. Nada encaja…
Siente que está sin querer estar en ese lugar, y sí con sus mujeres queridas, pero no ahí, porque entre el bullicio se pierden palabras y las luces cada vez más bajas no permiten ni ver lo que las demás están mostrando.
Mira alrededor, no hay nada consecuente, no hay ilación en lo que ve y con la cabeza de lado hace el vano intento de entender…
Si se pregunta no hay respuesta entonces sólo observa y de reojo se mira.
No, definitivamente éste no es su lugar, ni su tiempo, ni su camino. La edad le muestra que hay cosas que ya no tiene ganas de hacer, pero no porque no pueda, sino porque ya las hizo.

Sabe que hay un tiempo para todo en la vida
sabe que repetir el pasado es menos que atinado
porque cuando en un lugar,
lo que hay es como mirar para atrás,
ya no hay más de qué hablar…

25 de marzo de 2011

Parar para seguir

Está en la sala, con la espalda y la nuca apoyadas en la pared, sentada sobre sus almohadones rojos y naranjas con el pelo suelto y los brazos relajados, como ella, en sus piernas.
La envuelve el plácido silencio de las maderas oscuras, el olor limpio del mar recién amanecido y el cálido sopor de los últimos rayos de sol de un día ya vivido.
Mira y ve que afuera está todo quieto, como si el tiempo se hubiera detenido en algún minuto distraído; siente que ella también está quieta y se observa: nada se mueve y sin embargo todo sigue fluyendo, todo sigue respirando, todo sigue siendo…
La embarga la quietud de la ausencia de palabras del silencio más dulce, la acuna la soledad más tierna y el aroma de su tierra de aguas claras y arenas mecidas por el viento…
Siente que ya nada es lo mismo y no le extraña que todo esté cambiado, sabe que para moverse necesita fuerza y que en este “no hacer” está la respuesta.

Y mientras los últimos rayos de sol entran por la ventana,
Ella se relaja, cierra los ojos
y hace una pausa…

21 de marzo de 2011

Encuentros

Es fuerte el viento hoy y por eso su brisa está escondida igual que su sonrisa; el sol que le entibia la piel está distraído, mirando para otro lado, abstraído, ensimismado, casi desconsiderado.
Siente el cansancio en las piernas y en el alma mientras levanta las manos y sus ojos las miran sin ver, agotados.
No tiene ganas de caminar ni de luchar, no tiene ganas de correr ni de esconderse; sólo quiere diluirse y desaparecer…
Sigue mirándose los dedos, en las manos está la respuesta pero no la encuentra y baja los brazos en señal de franca protesta. Ya no da más, pero no tiene miedo, ni está asustada, sólo está buscando lo que la vida le tiene reservado.
Se sienta en la arena, agacha la cabeza y llora, quiere retirarse pero algo la sujeta a esta tierra y con ternura la hace cómplice de su aventura.
Ya no tiene fuerzas para viajar a su centro y sumergirse en su silencio, porque ha viajado de desencuentro en desencuentro y siente el cansancio en los dedos, porque lo que busca no lo busca ni espera encontrarlo, porque lo que siente no lo oculta ni quiere olvidarlo, porque lo que sabe no le sirve si ya es pasado, porque lo que mira cuando lo ve ya está cambiado…

y si los desencuentros son los encuentros?
entonces tal vez, sólo tal vez, la respuesta no esté en sus dedos...

16 de marzo de 2011

Alguien... nadie...

Sola y acompañada, con los pies en la tierra suave y los anteojos puestos.
Hoy tiene una compañía que conoce y desconoce, una compañía que está siempre sin estar, una compañía vacía y silenciosa, una compañía que le sonríe y le dice, una compañía que le tiende la mano y la lleva a caminar y aunque no hay nadie con Ella, en el paseo son dos, y no se miran, y no se tocan, y no hablan, y mientras una sonríe, la otra sólo se deja llevar.
Ella sabe que es un trecho largo éste que le toca ahora andar y no lo conoce y le provoca escozor en el alma y la moviliza y lo entiende sin entenderlo.
Ya pasó por este prado muchas veces, pero nunca lo recorrió, lo miraba sin verlo sintiéndolo parte de su vida, pero hoy tuvo que entrar y sabe que el camino es largo.
No tiene miedo pero sí siente cierto desconcierto, porque está en la oscuridad del desierto aún con pleno sol en el cielo…

Una sonríe
la otra se deja llevar…
van de la mano
Ella y la soledad…

14 de marzo de 2011

Desconcierto

Se encuentran así, sin previo aviso, aparece de la nada y la sorprende como una bofetada de lleno en la cara.
Se siente algo aturdida pero sigue el juego porque cree entenderlo, pero con el correr de las horas se da cuenta de que no está jugando, esto es en serio y de la sorpresa pasa a sentirse abiertamente insultada.
La confunde lo que está pasando… ¡tiene que ser un malentendido! porque no hay razones que justifiquen esta bestial insidia, no hay un atisbo de delicadeza en las palabras que está escuchando, no hay una sola explicación para tanta y tan deshonrosa franqueza, no hay siquiera un motivo que alimente tamaña propuesta…

No, esto no es un juego
esto es lisa y llanamente
el más puro atrevimiento

11 de marzo de 2011

No habrá palabras

Parada en el centro de la sala siente que ya está todo dicho. Baja los brazos, se relaja, levanta la vista y sale.
Pisa la madera que antecede a los escalones blancos, gastados y tibios, está descalza, se sienta mientras la brisa suave y cómplice le saca el pelo de la cara, codos en las rodillas, manos en las quijadas.
No tiene puestos los anteojos, no hay nadie, está sola, en paz.
Y sentada junto al silencioso reflejo de su alma, se entrega, y se deja llevar por la mágica sensación de estar en su lugar.
Ella sabe, como nadie, que en su espacio sólo tienen cabida la risa y el misterio, y por eso, cuando todo se vuelve serio, su única respuesta es volver en silencio a su cielo…

Entonces se levanta, sonríe y se va

La espera (algo que no era)

Y sigue esperando, mientras la espera le muestra lo que la prisa no alcanza siquiera a vislumbrar. Sigue esperando, y con los ojos abiertos ahora ve con más detenimiento lo que pasó de largo en el apuro. No es malo, no es bueno, no es feo, no es lindo, simplemente es… y lo que “es” no se puede pintar de otro color y no se puede no ver, está ahí, no lo puede saltar, no lo puede borrar y no lo puede evitar, lo tiene que caminar aunque le duela, aunque haga silencio, aunque le arda el alma, aunque sin razón tenga el corazón en la boca, aunque se ausente su presencia, aunque sepa lo que no dice, aunque no haga lo que se anima, aunque no grite que la lastima.
Está tiesa, agarrotada, cansada, hastiada y dolida.
Se siente estafada, censurada, acusada, juzgada y castigada…
Y mientras las horas que pasan lentas pisotean y aplastan a la semilla recién brotada y la condenan a muerte, empieza a crecer el silencio más helado…

No, ésta no es “la espera”,
ésta es la muerte lenta
de algo que no era…

Escrito el 8 de marzo de 2011

Ira

Patea la tierra y una nube de polvo esconde sus pies. Mira para arriba blandiendo los brazos, vomitando la más pura ira y haciendo que los vientos se detengan.
La vida se hace de presencias, de risas y enojos, de felicidad y tristeza, de amor y de odio; y la muerte es ausencia, pasado y recuerdos y hoy Ella no quiere muerte.
La furia que siente le pone alas a sus pies y le da una fuerza para seguir que la hace sentirse libre y despiadada porque nada le importa, porque puede contra todos y contra todo, porque sabe que está sola en el camino, porque lo que toca se transforma.
Todo está detenido respirando el fuego de su furia, todos los ojos están mirando lo que siente y deseando no ser el blanco de su fuerza.
Arremete sin piedad porque no hay contención posible, porque no existe el límite, porque contra la pureza de la ira no hay defensa, porque lo que siente no lo negocia.

Desaparece el entorno, sólo están Ella y el blanco de su enojo, midiendo fuerzas, apretando los puños, tomando distancia, cargando las armas, mirándose a los ojos…

Escrito el 18 de febrero de 2011

2 de marzo de 2011

Solo Ella sabe

Está sentada, en los escalones suaves y cálidos, sin apuros, sin juicios, sin tiempos, sin agobios, sin peso y acariciada por la brisa que siempre le saca el pelo de cara.
Ya se fueron los diablos y los dioses, los fantasmas y las dudas, el pasado y el futuro, los miedos y su sombra.
Hoy no están y puede ver y sentir el flujo de la vida con la que camina…
Y mientras se hace música el silencio llenando de corcheas la partitura vacía y se hacen intensos los misterios, la lluvia apaga los infiernos, limpiando de tropiezos el sendero.

Entonces vuelve a su tímido cielo,
solo Ella sabe de esperas, de relojes sin agujas y de segundos sin tiempo,
solo Ella sabe que no tienen sentido los sueños ni asidero los anhelos,
como solo Ella sabe que la impaciencia es puro desespero …

23 de febrero de 2011

Sutiles

Abre las manos, se agarra la cabeza, se tapa los oídos y  cierra los ojos, una fina e imperceptible hebra de hielo le recorre la espalda tensionando cada músculo de su cuerpo.
Está quieta y atenta porque la espera no es la espera tierna y tranquilizadora de siempre, ésta es una espera rígida, tiesa y terriblemente incómoda.
Saca las manos de la cara, necesita ver, pero lo que hay que ver no puede mirarlo con los ojos, tiene que sentirlo, y le cuesta, porque el silencio que hoy la acompaña no es su silencio y no lo entiende.
Le da la espalda al sol intentando derretir ese hielo lascivo y licencioso que no para de recorrerla, pero es tal la lujuria de esos dedos, que la desquician y la deshonran, llevándola a un lugar que ya conoce y en el que no quiere estar…
Se para, necesita sacudirse; la sensación que la invade hasta el ahogo es insólita, incongruente y desmedida;  apoya los pies en la tierra suave y caliente, tiene que conectarse con Ella y volver a sentirse.
Logra verse al fin, como Ella misma, y se da cuenta de que los miedos, las excusas y la impotencia no eran sus semillas y la sorprende la sutilidad con que se instalaron y lograron crecer vulnerando su espacio…

No hay manera de entrar a su universo sin ser sospechado
Como no hay manera de violar su esencia sin ser atrapado

19 de febrero de 2011

Señales

Ella busca las señales porque no hay mapa que indique el camino, sabe que es sólo cuestión de caminar, así, sin huella, sobre tierra virgen; y en el tiempo en que tarda en poner un pie adelante del otro, en ese instante en que el pie está en el aire, tiene que ir viendo lo que pisa y aún así es consciente de que a plena luz del día o en la noche más cerrada y oscura puede pisar y hundirse, pero es un riesgo que toma, porque si no lo hace se estanca y se pierde como si hubiera pisado arenas movedizas.
Sería bueno un mapa y un sendero marcado pero sabe que es puro pasado y lo evita como si fuera la misma peste.
Hay señales afuera y adentro, pero las que están adentro son las que sigue, y sale desde el fondo de las tripas el grito que le dice por dónde andar.

Escucha, mira, toca, huele, prueba… y sigue.

Se hunde, se lastima, descansa, se moja, para, se seca… y sigue…

Hay silencios, murmullos, le hablan, le gritan… y sigue…

La tocan, la sacuden, no hay nadie… y sigue…

Sigue porque no puede parar
Sigue porque no sabe esperar
Sigue porque no puede no seguir

12 de febrero de 2011

Cosas

Intranquila, cansada, sola, triste, sensible, abatida…
Hoy Ella está así, todo en un solo cuerpo, todo en un solo corazón, todo y ningún pensamiento y un millón de ellos…
Brazos al costado del cuerpo, como un luchador que ya no resiste ningún golpe más, pero que sabe que lo van a seguir golpeando y de todas formas no le importa porque no siente nada…
Quieta, como un árbol que soporta los embates del viento y los interminables pinchazos de las gotas de lluvia  y aún así se aferra con el alma a la tierra…
Sedienta, como la arena del desierto más hostil, esperando el agua que parece que nunca llega y que cuando lo hace es tan poca que maldice cada gota mientras la toma…
Con las manos abiertas, dando, sin fuerzas, todo…
Con un universo de lágrimas en los ojos, derramadas en la oscuridad del silencio más vacío…
Con el cauce de la garganta lleno de palabras indecibles, incontables, contenidas…
Y en el corazón puro miedo y el susto más virgen de su vida…

Llegan

Está sentada como siempre pero hoy más alerta que nunca, tiene la espalda recta, los codos apoyados en las rodillas y los dedos entrecruzados con fuerza como si estuvieran sosteniendo algo que se quiere escapar.
Mira a lo lejos y las ve acercarse, hace un tiempo eran apenas puntos en la distancia, ahora puede verlas nítidas, decididas y tranquilas, caminando con determinación hacia Ella.
Pronto las va a tener paradas al pie de sus escalones gastados y está asustada, porque el encuentro es inevitable, porque no hay desvío posible, porque no hay equivocación, porque no hay un atajo por donde escapar, porque vienen directo hacia Ella y no hay una sola manera de impedirles entrar.
Algo le dice que se quede sentada, aún con el corazón desbocado y el susto en las manos, algo le dice que tiene que esperarlas por más miedo que le dé enfrentarlas, algo le avisa que es tiempo de cambiar los rumbos y los vientos, algo le dice que vienen a torcer la historia, Su historia, algo le dice que las espere tranquila porque vienen a cambiar las cosas.

Están cerca, más cerca que nunca
y de eso,
no le cabe la menor duda…

Ella y llegan las Decisiones

3 de febrero de 2011

Jugando deseos

Cercada y llena de incertidumbre pero tranquila y con fuerza, camina lento hacia los escalones dejándose caer con una gracia impensada sobre la madera blanca, tibia y gastada.
Apoya la cara en sus manos y mientras con los pies recoge la tranquilidad de estar en casa, se deja llevar por las sensaciones de estos últimos dias, recorriendo sin prisa cada centímetro de ellas, acariciando sin pudor a los fantasmas y oliendo sin reparos la brisa que perfuma el aire de callados misterios.
Sabe que sigilosa se acerca una decisión impostergable y que el cambio es imperioso, urgente e inaplazable.
Seguirá con los anteojos puestos, andará a veces descalza, saldrá a correr, caminará calle tras calle, flotará en un mar calmo de silencios, olerá otros vientos, respirará otras tierras, la cegarán otras luces, peleará otros fantasmas y serán mudos y sorprendidos testigos de su vida otros universos...

Ella está sola
sumergida en su silencio
esperando sin tiempo
viviendo en su cielo
jugando deseos
y poniendo en versos
los sueños de un misterio...

1 de febrero de 2011

Le dicen

La asaltan, pegándose a su cuerpo como sanguijuelas, son muchas, demasiadas, tantas que no puede ni contarlas, tantas que no alcanza a sacar una cuando otra ya ocupa su lugar.
No sabe qué hacer, no hay siquiera un espacio en donde mire y no haya una pegada a su piel. Trata con los dedos de espantar la horrible sensación de ataque desmedido y desconsiderado, pero no puede frenar el increíble atrevimiento de impúdica invasión que tienen para someterla.
Quiere correr, pero el peso es tan grande que sus pasos se convierten en una grotesca y lenta burla suspendida en el aire.
Ignorarlas es imposible porque la presencia es tan ficticia como real y eso las convierte en nada cada vez que enfrenta a una, y así se le escapan y siguen estando sorprendiéndola cada día en cantidad y multiplicándose a medida que Ella fija su vista en alguna y la enfrenta.
Están, no puede negarlo, las ve, son fantasmas reales que la desacomodan y la desorientan, desbocando sin cuidado su esencia y despertándola de su sueño sin remordimiento.
Indecisa y en un dilema y llena de incertidumbre vacila con recelo sospechando suspicacias, celo y llena de abatimiento.

Deja de lucharlas y determinada las observa,
más su osada audacia las deja desnudas, y,
despojadas de adornos y carentes de ternura
le dicen que son dudas...

29 de enero de 2011

Susurros en los pies

Está parada, con los brazos en jarra al costado del cuerpo, separados a un ancho de hombros, sus pies descalzos se apoyan con determinación en la tierra seca y mientras sus ojos claros, desnudos y más agudos que nunca observan con abstracción el camino, los escalones de madera gastada son mudos y sorprendidos testigos de su fuerza.
En este tiempo fue cerrando uno a uno y con éxito, los juegos que tenía abiertos y hoy, con la vida en sus manos sabe que tiene que abrir otro mazo. Está tranquila y sola, pero conmovida por el cada vez más fuerte llamado en su piel. No tiene miedo y sabe que no tiene que correr, la vida se está abriendo, y se le ofrece lánguida y dulce como una perfumada fruta madura.
Ella lleva en la sangre la espesa intensidad de lo que siente y el convencimiento de no volverse a equivocar, pero sabe que ya no tiene tiempo y que tampoco hay vuelta atrás...

porque en los pies siente,
que la tierra no para de susurrar...

19 de enero de 2011

Luces

Sigue caminando en el bosque, aquel en el que se internó sin saber que no era el que recorría siempre, aquel que le mostró una tierra desconocida y otra brisa y olores de flores que nunca había olido…
Ahora conoce la cara de la mano que la lleva y mientras la ceguera de la distancia se va perdiendo, van apareciendo algunas luces que alumbran la noche y sus pasos por el sendero.
Todavía no sabe adónde va, pero no va sola y eso la tranquiliza, aún sabiendo que la mano que la guía tampoco sabe para dónde va.
De a ratos todo se angosta pero vuelve a abrirse iluminándoles los ojos, porque hay mil luces y mil oscuros, y mil olores y un millón de fantasmas…

Y susurrándose mieles al oído, recorren la senda de la mano, aún desconociendo el próximo paso, porque saben que se dirigen a su remanso, y que los impulsa la misma fuerza y el desafío del mismo atajo.