Camina con paso firme, y por la misma inmensidad que ayer la sacó de quicio y la hizo gritar; hoy su andar es otro, su cuerpo sin peso baila en las veredas como si fuera viento, y se escucha dulce y despreocupada la melodía de sus tacos en el suelo.
Es otra, siempre es otra, pero hoy está distinta. Siente que la fuerza que sale de la tierra la absorbe, y la lleva en el aire como una burbuja de colores.
Sus caderas se mecen, desafiando cualquier juicio al caminar, mientras sus ojos… esos ojos verdes, insondables y misteriosos, resultan imposibles de esquivar.
Cruza calle tras calle sin mirar para atrás, como hace con su vida, y acepta jugar, porque ya no le queda nada que perder y porque sabe que va a ganar…
(lo importante, en realidad, era intrascendente…)
2 comentarios:
Sombras que caminan perdidas.
Cielo sin luna ni estrellas.
Rocas, valles desiertos, rios que ya no llegan.
Y una espesa niebla que envuelve todo y no deja ver que hay mas alla.
Intrascendente: No importante. Muy lindo, Amalia. La determinación que parece decisión de peso, se presenta etérea, como si fuera viento. Qué buena imagen.
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