La vida la sorprende y le muestra y, mientras Ella la mira, cae en la cuenta de que después de 44 años sigue sin conocerla.
Una lágrima quiere deslizarse, callada y triste, pero Ella no la deja, ya basta y se niega.
Parece que hay cosas que están demasiado cerca para verlas y es por eso que sin querer y desde hace semanas, los tacos están guardados, las uñas no tienen color y el verde de sus ojos desapareció.
Nunca es tarde para café y para darse cuenta
¿Pero es temprano para el cuarto cigarrillo, no?
1 comentario:
Cuando "demasiado" es poco, es que aún es tiempo.
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