12 de septiembre de 2011

Algunas cosas

Recién llega, se saca los tacos, se ata el pelo y cuelga el tapado. Café, cigarrillo, teclado, silencio, piernas cruzadas y el sol entre los árboles acurrucándose cansado.
Está tranquila, es su casa, su madera, son sus ruidos, sus olores, sus luces, es su perfume, su calor, son sus rincones, su sillón y su taza…
En su lugar no hay maquillaje ni extraños, no hay cuidados ni silencios forzados, no hay sonidos desarticulados ni sombras en cualquier lado, el espacio está limpio y su aire no está viciado, por eso no hay pesadez entre los cortinados.

No hay un lugar en el mundo en donde sea Ella, toda, completa, con sus dioses y sus diablos, con sus odios y sus amados, con sus lágrimas y una sonrisa en los labios.

(…salvo acá, entre sus almohadones anaranjados…)

2 comentarios:

Adriana Fernandez dijo...

Bello tu lugar en el mundo. Hasta me parece conocerlo.

Anónimo dijo...

Lindo mali muy lindo! como vos diosaa (un piropo ahi intercalado, que nivel! jaja) Te amo.