30 de mayo de 2011

Ni acá ni en ningún lado

Huele a lilas y a brisa con gusto a sal, está sentada en el último escalón, el más gastado, el que casi se apoya en la arena, el que a veces toca el mar.
Tiene los dedos entrecruzados, los codos en las rodillas, los pies de costado y el pelo suelto y revuelto porque estuvo jugando…
Ella sonríe, siempre sonríe, porque le pasan tantas cosas como granos de arena tiene pegados en los pies.
Está relajada, tranquila, sosegada, distraída, volada, quieta y silenciosa, como si no estuviera.
No, no está, no sabe cómo, pero no está. No es Ella la que escribe ni la que mira más allá. No, Ella se fue.
No hay mente, no hay fantasmas, no hay sombras, no hay corsarios, no hay miedo, no hay lucha y no hay oscuridad; hoy se siente parte indivisible del todo, indefinida y a la vez clara y cierta, e invadida por esa sensación de dejarse ir que pocas veces siente y que tan bien se siente!

Hoy Ella se fue y también se quedó

(debe ser por eso que no está)

2 comentarios:

Mercedes castaño dijo...

ME ENCANTÓ!! :)

Adriana Fernandez dijo...

Muy, muy bueno!!! Me encanta tu juego de personajes. Realmente bello.