23 de noviembre de 2011

Cuando mucho es demasiado

Dos manos, diez dedos, siete anillos, uñas blancas y mil venas de ríos azules surcando la piel curtida por el viento, el frío, la herencia y los años.
Dos manos, una baraja y una sola silla, en donde está sentada Ella.
Sobre la mesa un paño verde y sobre él: su vida.
El mazo todavía está boca abajo y Ella con los brazos cruzados sobre el pecho sigue tratando, en vano, de apagar ese puño de fuego ardiente que le retuerce desde hace meses la boca del estómago.
Sus ojos verdes se nublan por momentos y se le hacen borrosas las cartas. Solas, una a una, se le caen las lágrimas…

Se está quedando sin fuerza y ya no tiene resto
Siente que mucho es demasiado
Y en ese demasiado
Se le está yendo el aliento

Nunca es tarde

Mañana…

A Ella no le gusta el mañana
Tampoco le gusta el ayer
Pero le gustan las mañanas
Y a veces, mira lo que pasó ayer
Nunca también es una palabra que no le gusta
Pero tarde… ¡sí! siempre llega tarde
En los tiempos de la gente, claro
Porque: ¿horas?
En su vida no hay horas
Ella suspira sutilezas
Se abstrae en lo tenue
En el sol que se esconde despacio
En la noche que asoma dormida
En la rosa que se despereza sin tiempo
En la arena que vuela sin rumbo
En el viento que juega en los rincones
En las ramas que se besan sin vergüenza
En los pájaros que aparecen sin saber… sabiendo…

ELLA

Sola
                             Libre
         Desnuda
                                          Vacía
                       Sabe
                                                    Siente
        Deja
IRA Y CALMA

SONRISA Y LÁGRIMA

21 de noviembre de 2011

Desgaste

Hoy está vestida de rojo, el color de la furia, el sabor de la sangre, el perfume de su rosa, el manto del torero, el atardecer de un día soleado, las llamas de su fuego, el malvón que hay en la ventana, el otrora color de su alfombra, hoy, descolorida y gastada.
Gira sobre sí misma y abre los brazos, el vestido arriba de las rodillas la muestra como una bailarina y sonríe. Mira alrededor, todo es un caos, las cosas vuelan locas y desesperadas buscando un lugar en donde descansar, pero Ella al fin logró saltar, salir del desastre y así es como pudo dejar de pintar el cuadro desquiciado y dar el gran paso. Está parada justo ahí, en el centro del huracán, en donde yace silenciosa y paciente la paz, porque en la periferia la confusión era tal, que se le escapaba la verdad.
El espejo se limpió y la refleja sin juzgarla. La sonrisa nunca abandonó su cara, tiene la piel hermosa y los ojos verdes y profundos de la calma.

Abre la puerta, camina descalza, baja los cinco escalones y pisa la arena tibia y blanca…

8 de noviembre de 2011

Esas cosas

Está sentada afuera, con el cuello del saco subido hasta las orejas y los puños estirados tapándole los dedos. El viento helado le llena de lágrimas los ojos, son lágrimas de viento y también lágrimas de pena…
Se deja llevar, se sumerge, mira lo que hay, siente el vacío, el nudo en la garganta, el puño ardiente apretándole el estómago y en la boca ese sabor amargo que deja la ira con sustancia.
Se detiene, la observa, tiene fundamento pero nadie tiene porqué saberlo. El precio es justo, nadie la obligó a parar en esa estación, es de Ella y no la escupe para afuera.

Hace años decidió que no hay tiempo que desperdiciar,
por eso el tren sigue andando,
por eso Ella no se detiene a esperar…

7 de noviembre de 2011

Demasiado temprano

Gris como hace meses y hoy es demasiado temprano, demasiado temprano para despertarse, demasiado temprano para fumar, demasiado temprano para teclado, demasiado temprano para todo.
La vida la sorprende y le muestra y, mientras Ella la mira, cae en la cuenta de que después de 44 años sigue sin conocerla.
Una lágrima quiere deslizarse, callada y triste, pero Ella no la deja, ya basta y se niega.
Parece que hay cosas que están demasiado cerca para verlas y es por eso que sin querer y desde hace semanas, los tacos están guardados, las uñas no tienen color y el verde de sus ojos desapareció.

Nunca es tarde para café y para darse cuenta
¿Pero es temprano para el cuarto cigarrillo, no?