19 de marzo de 2018

Minutos


Hoy tengo para decir que sigo con las botas puestas, que ya terminé el café y que entre los dedos tengo el segundo cigarrillo que acabo de prender.
Había empezado este relato diciendo que tenía poco tiempo, pero cuando lo releí mis dedos se paralizaron sobre el teclado como avisándome que había que revisarlo.
Convengamos que por una cuestión de orden el mundo se rige por horarios, pero el punto no es ese, el punto que hoy quiero señalar es que cuanto más cuenten los minutos, más les van a faltar y si a eso le suman para restar (nunca tan bien dicho) que cada segundo que pasa no vuelve y que cada tic tac los acerca irreversible e inexorable, al final, entonces y sólo entonces van a entender lo perversas que pueden resultar dos agujas, mirándolos divertidas e imparables, detrás de un cristal.


6 de marzo de 2018

Palabras


Languidece el último café del día y los tacos descansan después del corto caminar de la mañana.
Hay ruido en el mundo en el que estoy, pero adentro mío habita un hermoso y amable silencio que hoy me invita a la reflexión.
Siento que el medio siglo me paró frente a mí misma y me dio a entender que para no morir sin haber vivido tenía que deshilvanar con coherencia mi historia cambiando el eterno “porqué” por el “para qué” pasan las cosas.
Así fue como abrí una enorme caja de Pandora de la que no paran de salir a diario una variedad increíble de dioses y diablos que, a decir verdad, no tenía ni peregrina idea de haber coleccionado.
De ahí a hoy me cuestiono cada situación, cada palabra, cada lucha, cada lágrima, cada silencio y cada decisión.
El camino no es fácil, pero cuando veo que a cada paso que doy hay alguien cavando un abismo a mis pies me digo: “Por acá es”.