1 de agosto de 2011

Sabores y miedos

Hoy la envuelve sigilosa una niebla blanca y vaporosa que huele a estigma y a leyenda, a miedo y encantamiento, a suspenso y a misterio, a travesura, y a tímido y enigmático desenfreno.
Manos sin nombre le alborotan el pelo y sin permiso, la desnudan de secretos; mientras unos ojos oscuros la arrancan sin celo de las profundidades de su silencio mostrándola asustada, sorprendida e indefensa ante tamaño arrojamiento.
No entiende cómo se metió en esto ni lo que está haciendo, perdió la ilación de su discurso incoherente, se le desordenó el desorden y se le dio vuelta la vida convirtiendo el cielo en tierra y el mar en arenas.
La brisa que la acaricia y los escalones gastados se han confabulado para reírse a escondidas y hacerle cosquillas, mientras esas manos desconocidas, suaves y atrevidas, insisten en darle vuelta la vida y sujetarle la rienda con osadía…