20 de diciembre de 2011

Ni todo ni nada, sólo algo

Esta es la segunda vez. Una hace unos años y otra ahora. Sabe que la vida le está mostrando algo que todavía no aprendió y Ella apenas si logra ver porqué apareció.
Sentada observa la situación, alerta, vacía y silenciosa. Siente, pero no se pregunta ni se involucra. ¿Explicaciones para qué? a esta altura los caramelos ya vienen sin envoltura…
Palpa la sonrisa escondida, el miedo, la desesperación, la necesidad de aprobación, la falta de confianza, la inseguridad, la testarudez, el dolor, las lágrimas secas, la inquietud, las paredes altas, la casa sin ventanas y sin puerta de entrada, el movimiento continuo, la frustración y la mirada profunda llena de palabras calladas.

Es que cuando los cimientos ceden y la estructura cae
Se ve el cartel que reza:
“Prohibido volver a armar…”

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

Seguramente, hay otro por ahí, que no viste, que reza: Ideal para renacer. Me gusta la posibilidad de tus relatos. La posibilidad de ver a través de ellos.