27 de septiembre de 2010

Locura sin planes

Esta vez dejó los tacos y se puso zapatillas, bajó los escalones y se fue a correr. El pelo sigue suelto pero hoy, el viento es una caricia que la peina.
Paró de llover y sin que se dé cuenta la oscuridad de la noche se fue fundiendo en la claridad del día, porque los anteojos los tiene puestos siempre, para ver sin que la vean y para que nadie adivine que está soñando.
No tiene planes, ni aquella noche de labios rojos y sonora carcajada a la vida, ni aquel día de la eterna espera sin noticias, ni hoy, pero cuenta con la maravillosa magia de una locura que hace desaparecer al mundo y a la vez detenerlo en confusa sorpresa.
Hoy no hay calle tras calle a ciegas, y sí esa liviandad maravillosa que se siente al no pertenecer estando.
Confía y sonríe, teje y desteje, corre sabiendo que la vida y la muerte son compañeras de ruta inseparables y que las ausencias y las presencias pueden convertirse una en la otra en un segundo.

Hoy salió a correr sin tacos y sin planes, y mientras su reloj sigue sin agujas, ella sólo está segura de la duda y de su eterna locura…

13 de septiembre de 2010

Sin noticias

Espera, como siempre, de pie en los escalones. Las noticias no llegan, como no llega nada cuando uno lo espera.
Tiene en la cara dibujada esa sonrisa que tienen los tiempos sin agobios y que nacen con el florecer de la paciencia eterna.
Sabe que no hay apuro, tiene que llegar en algún momento y para ese entonces no va a existir un sólo rastro de arrugas en los ojos ni de pinceladas blancas en el pelo.
Cuando espera siente que no pasan los minutos, vive el mismo instante cada segundo, sin dudas, sin urgencias...
Sabe que va a llegar, porque mientras el sol le entibia la esperanza, siguen sin caminar las agujas del reloj…
Está en algún lado, viniendo despacio, vio su reflejo en la luna, su sombra en el lago, sus sueños escritos en la arena.
No tiene noticias pero el paso del viento le susurra furtivas pisadas en la escarcha mientras la espera de hoy transcurre en el dulce y silencioso sopor de nardos y azucenas y en la mágica música que toca el bosque en detenido movimiento.

Y de pie en esos escalones espera…

…como espera la partitura el dibujo de las corcheas y la noche que aparezcan las estrellas…