17 de julio de 2022

Se llaman (prioridades)

No es tarde ni temprano, no hay café ni cigarro hace rato, no hay tacos ni uñas negras y tampoco manera de remontar esta “despresencia”.
Reconozco que tardo cada vez menos en darme cuenta, así y todo estoy lejos de la sonrisa de complacencia, lejos de tan siquiera intentar entender y lejos de que valga ni un poquito la pena.
Lo que sí voy a hacerme cargo de lo que generé por pura osadía con ese ímpetu que me caracteriza y que no voy domar, porque ¿saben qué? no quiero ser tibia, ni pasar por estúpida, ni conformarme con migajas cuando yo le pongo el alma.
La vida señores no tiene un final agradable, nos espera la muerte y eso no es negociable. Por eso déjenme decirles algo: “quédense en donde sean prioridad, porque ser una opción es definitivamente morirse de amor propio.

7 de julio de 2022

Perspectiva

Voy a hacer de cuenta que a mi derecha está el cenicero con un cigarro pensando despacio, como no queriendo, como si fuera un ajeno a este sinsentido que se presenta como otro de mis muchos “sucediendos”.
No sé en dónde están los tacos, la verdad es que no sé en qué lugar están las cosas y hasta me atrevo a decirles que en algún momento perdí por completo la orientación y, aunque pude levantarme y sonreír, en mi cara no había lugar sino para una sola interpretación.
¡Díganme que la vida está loca! Díganme que la letanía infinita de semáforos en rojo es una alucinación, díganme que lo que me hace ruido es la corchea perdida de una canción ¡díganmelo! así me quedo tranquila, así no me voy, así no renuncio, así no pierdo el control, así confío en que todo en algún momento va a tener sentido y hasta una explicación.

5 de julio de 2022

Sana risa

Recién terminé de releer el relato “La máscara” y no puedo parar de reír. Y es que la sensación que me genera esta sonrisa es la de haber sanado y cerrado una historia y una dolorosa y profunda herida.
Busco hace tiempo este momento, y al igual que un minero que busca oro y lo encuentra, así tal cual es como me siento.
Dice por ahí la liturgia filosófica y también la retórica psicológica que cuando uno se ríe, la etapa está cerrada por eso huelga decirles que esta sensación de paz que me da la libertad de volver a ser yo misma, hasta hace poco ni siquiera era parte de mi imaginación. 
Me prendería un cigarro, miren lo que les digo, y me tomaría un café para festejar, pero vamos a darle tiempo a la vida, ya voy a encontrar quien me dé esa pitada mientras beso sin vergüenza el café de otra taza.



No creo que tenga que entender

El motivo de esta catarsis es una sensación que hace que mis dedos se deslicen suaves y sonrientes por el teclado mientras un té espera mi atención y el silencio se instala como mi único querido al lado mío, y por ahora también, como mi único lector.
Hoy quiero contarles que hace unos días recibí una de esas sorpresas que la vida me reserva, y fue tan rara que solo me quedó el perfume y en el aire un millón de palabras que no fueron dichas porque el tiempo apremiaba.
El respeto, eso sí, mantuvo la distancia, pero la intención contenida y lo que decían nuestros ojos pasaron durante cada segundo, todos los semáforos en rojo.
No tengo ni idea del porqué tan conveniente, ni tan ajustado al momento por el que estoy pasando, pero se me invitó con un acento encantador a no pensar y dócil, como jamás, decidí aceptar.