Sabe que esto no es un juego y entre suspiro y suspiro no sabe en donde poner lo que tiene entre los dedos.
Está en ese ir y venir, en el torcer para equilibrar, en dejarse llevar y fluir, pero se hace lento, y a veces, siente que se le va el aliento.
Tiene que esperar, y apoya los codos en las rodillas
(mientras un mar de lágrimas le acaricia las mejillas…)
1 comentario:
Me hiciste llorar.
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