31 de agosto de 2012

En la arena

Tiene ganas de mil cosas y también tiene ganas de no tener ganas. Quiere dejarse llevar, ir, irse. Necesita abrir el espacio para sentarse en silencio a lamerse las heridas y exorcizarlas entre los dedos.
Hay tiempo, Ella sabe que lo hay, pero en la boca del estómago un puño de sangre vocifera cansancio y las lágrimas rompen el dique haciéndose río e inundando su cauce de ahogo.
Frena por instinto el inevitable destino, espanta pensamientos a los gritos y con las manos se tapa los oídos. Siente que no alcanza, se afloja… trata.

Un nudo en la garganta la ciega, se da vuelta y lo increpa.
Parece que está sola en la arena, pero no,
están Ella y su historia, desnudas y frente a frente,
en una lucha de iguales,
encarnizada y vehemente.

29 de agosto de 2012

Esfumación

Se derrite, se apaga, se desvanece, se volatiliza. Etérea, fugaz, invisible, húmeda, noche, oscuridad.
Callos en el alma, jirones de piel en las espinas, sangre en la tierra, pies en carne viva, manos frías, mente a la deriva.
Salvaje, rebelde, contenida, desbocada, indomable, flexible, compasiva, reflexiva.
Ausente, silenciosa, misteriosa, vacía, insondable, impredecible, tormenta, deriva, calma, relámpago, golpe, esquiva.
Distraída, observadora, sensible, tímida, blanca, transparente, sostenible, paciente, multifacética, desdoblada.
Una flecha al blanco, un arco en descanso, Los Girasoles de Van Gogh, La Tentación de Dalí, las curvas de un Rubens, la nota de un Stradivarius, la cuerda de un bajo, la forma de un saxo, un solo de piano.
Camaleónica, clásica, armónica, sensata, lógica, dialéctica, arriesgada, resuelta, libre, evanescente, extraña, risueña, asequible, demudada, perseverante, noble, ágil, precipitada.
Bosque, desierto, selva, río, montaña, valle, hielo, playa, fuego, aire, tierra, agua, raíces y alas.
Adjetiva esfumada, sustantiva desmarcada. El filo de una navaja, mitad animal, mitad humana, una mezcla equilibrada, un centro de pasada, el vaivén de una hamaca, la risa en la mirada, el sosiego en el alma y la paz en la pisada.

24 de agosto de 2012

Es posible

Está en bata, con la toalla enroscada en la cabeza y sin anillos salvo el del pulgar derecho, cero maquillaje, teclado y cigarrillo, té negro, uñas blancas y piernas cruzadas.

(Este es un relato inusitado, entregado en cuerpo y alma, contado a través de Ella pero mío. Raro, pero en este momento me trasladé a su espacio y estamos a metros de los escalones blancos)

Los días que durante tanto tiempo se le hicieron eternos se convirtieron en segundos condensados que pasan apurados y que Ella quisiera detener entre las manos. Aprieta los labios, no puede evitarlo pero se escapan de sus ojos bosque claro, lágrimas de una larga espera, la sensación de haber llegado, el dolor de arrancarse el luto sin reparos y el darse cuenta de que el árbol que creyó seco, ahora está brotando.
No está sola, llegó a su remanso, a ese lugar del río que le susurra tranquilo al oído, después de tantos años, que es posible enamorarse amando.

21 de agosto de 2012

Ojos

Es temprano, Ella no acostumbra a escribir a esta hora, por eso en lugar de té hay café pero no faltan ni los pies desnudos, ni el cigarrillo, ni el pelo recogido.
También hay demasiada luz y algunos ruidos pero logra que sus dedos tranquilos escuchen lo que su alma siente y con paciencia hagan la alquimia de ponerle letras a algo que carece por completo de ellas.
Se recuesta en la silla, se le hace difícil, se detiene el teclado, sus ojos están fijos en algo, su mente pasea por otro lado y adentro un mar calmo se niega a la magia del diálogo.

Están quietas
Ella
y sus manos
mira lo que escribió
sonríe
salvo esto
en lo que no dice
está el resto

9 de agosto de 2012

Camina

Si camina el camino de su vida, si es cierto que cada final es un comienzo, si llegara a ser verdad, y si después de todo este tiempo de andar volviera a empezar, entonces, y sólo entonces, va a creer que es posible amar.
Alguna vez hubo un principio y también un final y llevó mucho tiempo llegar hasta acá. Ella no cree en nada y cree en todo, en el vacío encuentra lo que necesita, ahí está lo más importante, y si lo que tiene hoy en las manos no es nada y si lo importante está en ese vacío, entonces tiene todo.
No es momento de cuestionar ni de pensar, justo ahora es momento de caminar, de caminar sin miedo, en silencio, tranquila, sin suspenso, sin medir los pasos, confiada y sin temor al desafío de caminar lo desconocido.

Ahora es el tiempo.

Se deshace de la corteza después de tanta espera
y le dice que lo ama y que no le importa la respuesta…



5 de agosto de 2012

Distancia cercana

Están juntos
se evapora el tiempo
desaparece el sueño
entrelazan los dedos
se buscan en un beso.
Él sonríe
ojos achinados
pelo entrecano
bigote blanco
labios amados.
Se miran
sacan la cuenta
parece mentira
pasó media vida.

…son obstinados,
 ninguno pone en palabras lo que les pasa,
se aman hacen treinta y cinco años
y se lo siguen diciendo sólo con la mirada…



Refugio

La casa no está vacía, se levanta, sin palabras, café, sola y el primer cigarrillo de horas.
Un puño cerrado en la boca del estómago la cuestiona. Se va para afuera, sin campera, no hace frío y apaga el cigarrillo entre las ramas de la hortensia sin hojas.
Es un solo signo de interrogación, raro, tan raro que se embota. Siente la mente en blanco, las preguntas están en otro lado, pasan como por el costado, no pertenecen a este mundo pero a Ella le sobran y teme que se le metan en el sueño y exploten la burbuja en la que hace treinta y cinco años flota.
Está pasando, lejos, cerca, adentro, en algún lado indefinido y alado. No lo entiende o lo entiende demasiado y no se equivoca.

3 de agosto de 2012

Inspiración

Un descanso, un destiempo, un espacio, una ausencia, un ondular a merced de cualquier viento, una tolerancia maleable, una oportuna pertenencia, un sereno desenfado, un arrobarse en la nada, un dejar las cosas en las manos “esas” que no se ven, en las mismas que acarician sin tocar, en las que Ella se deja llevar.
Un evadirse sin excusa, un deshacerse sin pretexto, una espera en franca decadencia y un saber que las palabras se repiten aunque no se repitan los labios que las besan.
Está acodada en el primer escalón de madera blanca y suave, con la cabeza de lado, el sol en la mejilla, los dedos cruzados y “haciendo” que escucha por primera vez un disco más que gastado, rayado de bizarro y trillado como pasto muy pisado.

…y así, suspendida en el limbo de la espera,
una risa abierta, franca y sincera
le sale del fondo del alma
y sacude sin remedio la panza de la tierra…