22 de julio de 2011

En ningún lugar

Ella fluye, como siempre, porque en su vida no hay planes ni preguntas y sí relojes sin agujas, que distraídos van marcando el ritmo de su locura.
Y en ese dejarse llevar la sorprende una mirada, que termina en encuentro y en un abismo que los separa y los une al mismo tiempo.
Ella siente que no hay reservas, explicación ni cautela, sólo estrellas y una gaviota solitaria, que desde la oscuridad del silencio, los observa.
Están en ningún lugar, suspendidos en el tiempo, lejos del suelo, abrazados mirando el lago y ahogando gritos de contención y afecto.

Quizás, algún día descubran el motivo del encuentro,
Y él tal vez sepa cómo fue que ella, con sus tacos

se le cruzó entre sus pasos…

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

Una dulzura, un canto, una esperanza.