27 de julio de 2011

Otro de esos días

Hoy es un día en donde Ella quisiera no estar presente, ni ausente, ni nada, sólo no estar.
Un océano de sensaciones y vacíos la atormentan, por eso, cuando amanece sólo espera la noche para rendirse y que el acoso no la aceche.
Los anteojos más oscuros que nunca, los tacos silenciosos, la expresión muerta, las manos crispadas, el pecho hundido y sus pasos casi al borde del abismo.
No hay lógica en lo que siente. Este es el camino más largo de su vida, un camino sin retorno, empinado, espinoso, oscuro, peligroso, lodoso, resbaladizo y doloroso.
La angustia no tiene fin, y con la vida atorada en la garganta y los puños cerrados llenos de ansiedad, se niega a caminar. No da más, no tiene espacio para gritar ni río en donde fluir, siente que se cae y que luz que la guía no está.

Quiere esconderse, irse, esfumarse, desintegrarse y desaparecer
Sólo por hoy, hasta mañana, para siempre...

Sólo no estar

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

Siempre hay una luz. Me encanta cómo contás las emociones. Muy bueno.