21 de febrero de 2012

De espaldas a la pared

Es tan tarde que no sabe qué hora es, se esfumó en la distancia la forma del tiempo y se le dibujaron para siempre las suaves caricias que todavía siente en la piel.
Ya se terminó el té y el cenicero está lleno de sentimientos que Ella no logra comprender.
Descansa descalza de espaldas a la pared, las luces apagadas, la madera oscura, la alfombra gastada, los almohadones anaranjados, los cinco escalones blancos, los anteojos negros, los labios húmedos, los tacos guardados y, siendo cómplices de lo que siente y fieles testigos de lo que no entiende, sus manos

casi quietas sobre el teclado…

Escrito el 14 de Octubre de 2011

Debería

Si hay una palabra que Ella no tiene en su vocabulario es “debería”, porque huele a tradición, falsedad, mandato, ilógica, incoherencia e imposición.
Podrán tildarla de loca, de egocéntrica, de ingrata, de caprichosa y hasta de orgullosa, pero no le importa.
Ha tenido que dar explicaciones pero no son justificaciones, porque cuando está con la espalda apoyada en la pared, casi a oscuras, descalza y sola y palpando la simpleza de lo que siente, no necesita justificar nada, sólo sonríe o llora…
La verdad está adentro y es una sola y por más que la mire por donde la mire es transparente, limpia y no tiene cola.
Es que cuando no hay máscaras ni vestidos, es cuando el espejo le devuelve la mirada sin juzgarla y es por eso que aunque huelguen las explicaciones, a veces, sólo a veces, suele darlas.

Escrito el 22 de Diciembre de 2011

Amenazas

No es fácil poner en palabras los sentimientos, pero hoy sin darse cuenta y sin aviso logró ensartarlos uno a uno como si fueran las perlas de un collar y sintió como la ira, la locura, la agonía, el desgaste, las lágrimas, la confusión, la incredulidad, la estupidez, la confianza, la paciencia, el silencio, el dolor, la venganza y la muerte salieron como un torrente de sangre de su boca.
No sabe lo que viene pero se arrancó del alma los cuidados, la consideración, la medida, el aplomo, el apoyo y la calma porque ya no da más. No le importa nada, ni a quien lastima, ni quien está al lado, ni la justicia, ni lo divino, ni el diablo... ¡nada!
Hoy está en una encrucijada en donde elegir es más que difícil, porque se le terminaron los plazos, porque ya no tiene tiempo y no encuentra ni tan siquiera un resquicio por donde respirar.

Está acorralada
A oscuras
En el abismo
Y es un peligro…

Escrito el 24 de Noviembre de 2011

Y más

Hay mil papeles en su escritorio y todos sin terminar, también hay mil cosas que redondear y otras tantas que cerrar y entre sus carpetas esperan con paciencia oraciones inconclusas, palabras sin tildar, frases que no logra rimar, finales que tiene que cambiar y títulos que sí o sí tiene que acordar.
Está todo de cabeza, pero veía venir la tormenta, había demasiada calma en la superficie y los grises la saturaron, al punto de barrer las cartas de un solo manotazo.
Pronto van a ser ocho años, el tiempo que se tardó en aprender a torcer, el tiempo que se tardó en estar alerta, el tiempo que se tardó en vaciarse, el mismo tiempo que se tardó en abrir los ojos y despertarse.

Irónicamente se está durmiendo
pero sus dedos se deslizan silenciosos sobre el teclado,
como se deslizan silenciosos los ojos verdes que añoran,
la piel ardiente que llora
y el corazón que late lento
esperando al amado que se demora…

Escrito el 11 de Febrero de 2012

Acomodando el carro

Hace tiempo que siente que se acerca el final, ese final tan anunciado, ese mismo que dice que terminó el mismo día que empezó, aunque siga pasando.
Sabía, siempre lo supo, pero en ese segundo se le mezclaron la angustia del desprendimiento, la certeza de lo que le dijeron las tripas hace meses y lo que le susurra al oído la vida, cuando la verdad se convierte en palabras y se la deja enredada en el pelo, la brisa.
Hubo un momento de quiebre, un sacudón que la desacomodó, y con el corazón detenido junto a las ruedas del carro se miró las manos y entre lágrimas, las vio llenas de astillas y de barro.
Ya no se tarda años en darse cuenta, ahora se limpia en los pantalones la sangre y se agacha para agarrar de vuelta las riendas y seguir tirando.
Esta es su vida, así, sin mapa, es lo que Ella siente, es lo que no quiere cambiar, es lo que ama, es lo que escribe, es lo que hace, es tirarse sin paracaídas, es lo que la mantiene vacía, es la espera sin esperar, es saber sin saber…

Es confirmar que la lógica está llena de palabras
y que los sentimientos y la paciencia, no tienen ni una sola letra…

Escrito el 17 de Febrero de 2012

18 de febrero de 2012

Ya no

Recién llega y ya se sacó las botas. Café, silencio, cortinas corridas, almohadones y la espalda apoyada en la pared.
Prende el tercer cigarrillo de esta última media hora. El ritual la centra, la hace lúcida, le despeja los ojos y la calma, mientras de las tripas le sale lo que siente y sobre el teclado los dedos cantan.
Ya está, ya cerró. Dos palabras y un signo de interrogación la sacaron de contexto y ¡ya no!
No soporta el sarcasmo, la ironía y el aire sobrador, son cosas que no practica, herramientas que no usa y formas que no acepta ni comparte.
No hay explicación posible, y si la hubiera, no quiere escucharla porque de sus ojos no se borran las palabras ni amaina el ardor que siente en el alma.
Queda lo que vio, lo que aprendió, lo que escuchó y lo que sintió.

Queda el saber que ya no…