27 de julio de 2011

Otro de esos días

Hoy es un día en donde Ella quisiera no estar presente, ni ausente, ni nada, sólo no estar.
Un océano de sensaciones y vacíos la atormentan, por eso, cuando amanece sólo espera la noche para rendirse y que el acoso no la aceche.
Los anteojos más oscuros que nunca, los tacos silenciosos, la expresión muerta, las manos crispadas, el pecho hundido y sus pasos casi al borde del abismo.
No hay lógica en lo que siente. Este es el camino más largo de su vida, un camino sin retorno, empinado, espinoso, oscuro, peligroso, lodoso, resbaladizo y doloroso.
La angustia no tiene fin, y con la vida atorada en la garganta y los puños cerrados llenos de ansiedad, se niega a caminar. No da más, no tiene espacio para gritar ni río en donde fluir, siente que se cae y que luz que la guía no está.

Quiere esconderse, irse, esfumarse, desintegrarse y desaparecer
Sólo por hoy, hasta mañana, para siempre...

Sólo no estar

22 de julio de 2011

En ningún lugar

Ella fluye, como siempre, porque en su vida no hay planes ni preguntas y sí relojes sin agujas, que distraídos van marcando el ritmo de su locura.
Y en ese dejarse llevar la sorprende una mirada, que termina en encuentro y en un abismo que los separa y los une al mismo tiempo.
Ella siente que no hay reservas, explicación ni cautela, sólo estrellas y una gaviota solitaria, que desde la oscuridad del silencio, los observa.
Están en ningún lugar, suspendidos en el tiempo, lejos del suelo, abrazados mirando el lago y ahogando gritos de contención y afecto.

Quizás, algún día descubran el motivo del encuentro,
Y él tal vez sepa cómo fue que ella, con sus tacos

se le cruzó entre sus pasos…

18 de julio de 2011

Casi nada

No hay mucho que decir en la espera, está sola, desnuda, descalza y de cara al cielo nadando en su silencio.
Ya no cuenta las horas, porque desde que la vida la está llevando acurrucada en sus brazos desapareció el tiempo.
No hay encierro tampoco y se desvanecieron las sombras, las palabras y los fantasmas porque está todo abierto.
Tiene en este desierto su espacio, todo para Ella, y por eso se entrega, porque no le hace falta nada ahora que están echadas todas las cartas.

Sus lágrimas saladas se funden en el río
y etérea su alma forma parte del vacío…

(Ella se está dejando ir)

10 de julio de 2011

Recorriéndose

Hoy está en el medio, parada justo en el centro ¡son tantas cosas!
Abre los brazos y las recibe y las deja y las mira y las siente y les permite. La rodean, la tocan, la acarician, le murmuran, la abrazan, la huelen, le sonríen, le secan las lágrimas, se alejan y vuelven.
Ella se entrega y les da el cuerpo, el alma, el silencio, la brisa, las palabras, la arena, los tacos, los escalones gastados, los pies descalzos, los anteojos negros, el sol, las paredes oscuras, su música, y su pelo largo y desordenado.
Se abre sin condiciones, sin miedos, sin preguntas, sin sombras y sin planes.

Hoy la vida la está sosteniendo,
y Ella, entre lágrimas,
se acurruca en sus brazos…

8 de julio de 2011

Se pierde

Está descalza y sentada, en el primer escalón de madera blanca y gastada, tiene el pelo suelto y está cansada y es por eso que se le pierden las palabras, los cielos y las pisadas.
Sabe que esto no es un juego y entre suspiro y suspiro no sabe en donde poner lo que tiene entre los dedos.
Está en ese ir y venir, en el torcer para equilibrar, en dejarse llevar y fluir, pero se hace lento, y a veces, siente que se le va el aliento.
Tiene que esperar, y apoya los codos en las rodillas

(mientras un mar de lágrimas le acaricia las mejillas…)

3 de julio de 2011

Sentidos

Se le pierden los dedos en el teclado, está confundida y mareada y tiene el pelo revuelto y desordenado, como las sensaciones que hoy la recorren, todas juntas y mezcladas dejándola sola y desorientada.
No encuentra las letras, los silencios, su espacio ni sus tacos, y la arena se le confunde con la brisa, los escalones con la alfombra, la taza de té con las paredes oscuras, los fantasmas con las luces y el camino con las nubes…
Siente que no puede detenerse porque ya es tarde, el tren está en marcha y va rápido y sólo tiene dos manos para barajar todo el mazo y hoy es demasiado.

Está perdida y sin brújula
Se deja llevar y no lucha
Pero la espera la agobia
Y eso… eso la asusta…