14 de junio de 2011

Voces y silencios

Se hace largo el proceso, es lento, es cansador y lo está agotando. Ya no da más, puede sentirlo aún estando tan lejos. Está indeciso, enojado, frustrado, harto, al límite de sus fuerzas y se quiere ir, quiere huir de sí mismo como si la confusión y la desesperación no fueran a correr atrás de él.
Ella le dice que escapar es llevarse consigo todo de lo que se quiere deshacer porque no es posible irse sin uno mismo, no es posible trasladarse en cuerpo y dejar la esencia.
Siente su furia contenida, está a punto de explotar. Ella sabe lo que está pasando, lo revive junto con él, puede verse reflejada hace muchos años cuando empezó a morir para nacer. Siente el mismo ardor en la espalda, el ahogo que no la dejaba respirar, las lágrimas nublándole la vista, el pulso tembloroso y la birome vomitando palabras y más palabras.
Está a punto de caer pero algo le detiene ese paso. La puerta atrás de él todavía está entreabierta y no se decide a cerrarla a sus espaldas. Hoy está todo oscuro y no ve nada y levantar el pie es la decisión más fuerte de su vida porque no hay vuelta atrás y él lo sabe y ya casi está sin aliento.

Ella sigue sentada, lejos, pero al lado de su alma.
Y lo mira con la ternura más dulce porque simplemente: lo ama…

Para J.L.B

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un volcán a punto de explotar

Adriana Fernandez dijo...

Qué buena metáfora!!! Exquisito.