31 de mayo de 2011

Muchos

Ella no quiere correr riesgos, así es que en la penumbra se desnuda, cierra los ojos y borra nombres, caras, susurros y preguntas; porque hay algo que no quiere transigir en estos tiempos, aún sabiendo que su decisión puede ser revocada sin permiso y de un plumazo en cualquier momento.
La ausencia de rostros le permite no involucrarse y así seguir caminando, porque no se había dado cuenta de lo que necesitaba este pasto verde, este aire interminable, esto de saberse y tocarse, de hundirse y levantarse…
Es consciente de que puede pasarle en cualquier momento, y bien que lo sabe! pero viene esquivando con cintura las balas y la rutina ya dejó de ser parte de su vida.
Se toma todo en broma, Ella es poco seria cuando pasa por esta tierra y hoy siente que éste es el momento que esperaba, porque su libertad y la paz de su alma no tienen precio, aunque las haya pagado caras.

y mientras camina y ve su reflejo en las vidrieras,
elige la ropa que mejor que le queda…

30 de mayo de 2011

Ni acá ni en ningún lado

Huele a lilas y a brisa con gusto a sal, está sentada en el último escalón, el más gastado, el que casi se apoya en la arena, el que a veces toca el mar.
Tiene los dedos entrecruzados, los codos en las rodillas, los pies de costado y el pelo suelto y revuelto porque estuvo jugando…
Ella sonríe, siempre sonríe, porque le pasan tantas cosas como granos de arena tiene pegados en los pies.
Está relajada, tranquila, sosegada, distraída, volada, quieta y silenciosa, como si no estuviera.
No, no está, no sabe cómo, pero no está. No es Ella la que escribe ni la que mira más allá. No, Ella se fue.
No hay mente, no hay fantasmas, no hay sombras, no hay corsarios, no hay miedo, no hay lucha y no hay oscuridad; hoy se siente parte indivisible del todo, indefinida y a la vez clara y cierta, e invadida por esa sensación de dejarse ir que pocas veces siente y que tan bien se siente!

Hoy Ella se fue y también se quedó

(debe ser por eso que no está)

28 de mayo de 2011

Página en blanco

Apenas se filtran los rayos del sol por la ventana, apenas, como no queriendo. Pelo recogido, uñas negras, silencio, teclado, cigarrillo y café.
La página se le presenta como un blanco desafío, como una montaña a escalar o un desierto a cruzar, porque lo difícil de escribir es la primera letra, el resto sale como un torrente que a veces no puede frenar. Después vienen los recortes, el tono, los tiempos, las comas, los puntos, las “y”, las repeticiones necesarias para marcar, y el dichoso remate que a veces le lleva más tiempo que todo el resto.
De una carilla completa el texto se convierte al final de la revisión, y después de más de una docena de lecturas, en un puñado de palabras que tienen que tener sustancia. Sí, tienen que decir todo lo que Ella siente en el momento en que pone los dedos en el teclado.
A veces de uno salen dos porque se le mezclan la mano izquierda y la derecha, el diablo y el dios, el bien y el mal, la risa y el llanto; entonces divide, copia, pega, corta, saca y agrega, borra y vuelve a escribir, revuelve sinónimos, busca antónimos y trata de rimar o de arrimar palabras que rimen porque ¡no puede no rimar!
Ella no escribe por escribir, Ella escribe para respirar y porque necesita sacar y soltar.

Y cuando termina se levanta
camina liviana y descalza
abre la puerta y espera
sólo espera…

(que pase algún viento y se lleve sus letras…)

27 de mayo de 2011

Escuchando sus pasos

Necesita algo que no tiene, algo que no tuvo nunca, algo que no sabe cómo se siente, algo que no sólo imagina.
No está en sus sueños, está en su piel, puede sentirlo, es etéreo, invisible y se desvanece tan rápido como aparece.
Tiene un rostro, pero cuando trata de mirarlo se disuelve, siente los brazos fuertes en la cintura, pero cuando trata de tocarlos se esfuman.
Lo busca hace años por las calles, en cada rincón, en cada esquina, en cada café, en cada silla, en cada auto que ve, en cada uno que la mira.
Sintió muchas veces haberlo encontrado pero no, no fue así.
Quiere dejarse ir, un rato, un tiempo
Quiere descansar y saber que todo está bien
Quiere escuchar que le susurra esas palabras al oído
Quiere sentir que puede tocar sin miedo a que todo desaparezca...
Una a una se le resbalan las lágrimas por las mejillas, sin detenerse, como quisiera que nunca se detuviera ese abrazo, como quisiera para siempre sentirse contenida.
Está alrededor, puede sentirlo, está viniendo despacio y Ella lo está esperando

… mientras en silencio escucha sus pasos…

Un cómico dilema

Ella siempre se encuentra en situaciones en las que se le plantean dilemas, los cuales, y por regla general, resultan ser siempre hilarantes, no en el momento en que la cuestión se está cocinando, porque está loca pero no es tonta, pero sí después.
Es tarde ya, son más de la una y debería estar acostada, pero el café y el cigarrillo no son amigos del sueño y sí los aliados de su desvelo.
Algo zumba a su alrededor hace rato y vanos son los intentos por descifrarlo, porque si lo piensa con lógica se le abren mil opciones, para no decir millones y parecer exagerada, sabe que es su mente la malvada, y ya la tiene calada, por eso decide dejarla que elucubre tranquila mientras Ella, en silencio, se retira.

Está claro que no conoce la prisa
y que la situación no amerita.
Mañana seguro se tienta
pero no de hacer, sino de risa…

26 de mayo de 2011

Ira con fundamento

Un tigre en una jaula de un metro por un metro es lo que es Ella hoy. Camina por la casa enajenada y furibunda con los puños apretados y las mandíbulas listas para devorarse a cualquiera que se atreva siquiera a mirarla.
Es un imparable ejército de fanáticos enardecidos, una masa de músculos llenos de adrenalina de la cabeza a los pies, y sus ojos son un arma con la mira puesta en una sola cosa y Ella apunta más lúcida que nunca porque está furiosa.
Es un peligro para cualquiera que se acerque, pero ya no le importa, ahora sí se siente implacable, despiadada y belicosa.
Palabras… y más palabras… las borra, ya no las escucha, ya no va a escuchar nada.

Alguna carta se le dio vuelta y no vio venir la jugada.
Ahora son los hechos los que van a hablar, o dispara.

24 de mayo de 2011

La única rosa que se va a llevar

Hay un don que ha sabido cultivar en estos años y es el don de la paciencia, que se parece mucho a la rosa que tiene afuera, la primera que compró, la que tiene el perfume más intenso, la que en veintidós años soportó heladas, podas dramáticas y trasplantes a destiempo y sin embargo sigue floreciendo cada diciembre, casi casi para el día de su cumpleaños.
Su paciencia hace que su espera sea una espera sin tiempo, y por eso la sorprende tranquila y sentada, como espera el vigía en el mástil más alto del barco y en la noche cerrada, la luz de algún otro barco o el avistamiento de una isla cercana.
Sin este don su vida sería una tragedia, pero es como su rosa, la única que se va a llevar cuando se vaya, esa, la que está afuera…
Ella ya no está, ya se fue, le falta cargar la rosa en el auto, cerrar la puerta y no mirar para atrás para no convertirse en estatua de sal.
Es cuestión de tiempo nada más, pero Ella tiene un reloj sin agujas y no se preocupa, en su vida no existen los días y sí el don que cultiva.

Su rosa dejó de florecer y se está retirando
pero sólo para regalarle a Ella, en otra tierra
la primera flor en el día de su cumpleaños…

Cuesta arriba

A pesar de estar sentada en sus escalones, siente que no para de subir, desde hace años está trepando, a veces hasta con las manos, al punto de hacer sangrar las yemas de sus dedos. Sólo descansa cuando la vida le da un respiro, entonces se detiene, pero no por mucho, toma aire y fuerza y poniendo un pie adelante del otro sigue subiendo, confiando en ella misma, en sus decisiones y en la férrea determinación que la empuja desde que nació.
Hay una voz sin nombre que la llama, y Ella contiene la respiración para escucharla y saber de donde viene para seguirla, mientras allá arriba en la distancia ve un tenue resplandor que le hace de guía.
Sabe que la cuesta se hace valle, y que al final hay un remanso que la espera, para curar las yemas de sus dedos, para lamer con miel sus heridas, para soplar con ternura las sombras de su alma, para espantar a sus fantasmas, para limpiar sus ojos de lágrimas, para hacerle oler el perfume de las flores más bellas y traerle el agua más dulce…
Sabe, confía, sube, descansa, trepa, para, respira, llora, sonríe, mira y sigue…

Hay al final de la cuesta un lugar que la espera
Y en cada paso que da, una estrella…

22 de mayo de 2011

Una foto

A la distancia una simple foto la golpea como una bala directo en el pecho, se le hace un nudo en la garganta y se le llenan de lágrimas los ojos.
Puede palpar la tristeza de ese rostro, la ausencia, los eternos grises, el desamor, la dejadez, la vana y superficial rebeldía y los gritos tan audibles y a la vez tan silenciosos.
Sus dedos recorren las arrugas de esos ojos hace tiempo acariciados y se le caen las lágrimas, ya no puede hacer nada.
Se sienta en sus escalones, es de noche y hace frío y no puede borrar la imagen que la golpeó, le resulta imposible y no entiende porqué.
Se dice a sí misma que no hay una explicación para estas cosas y que sólo pasan…
Respira hondo, se seca la cara con las manos y se levanta.

La imagen que vio, hoy la sigue, como una sombra, por toda la casa…

Inocentes

Sentada los observa, como si no estuviera, y los escucha, y sin que se den cuenta se les escabulle bajo la piel. Hace tiempo aprendió a intuir lo callado, a buscar lo escondido, a desenterrar lo guardado. No hay un rincón en la tierra en donde se puedan esconder, porque Ella… Ella los conoce a todos.
Se frena y aunque no hay motivo para detenerse y decir lo que siente, calla.
Sabe que lo no dicho es lo real, que lo que se esconde es lo que es, y lo que tratan de no mostrarle es lo que ella ve con total nitidez.
Es tierna, fugaz, atrevida, avasallante, cautivadora y etérea, y por eso los deja, mientras se divierte y juega.
Ha recorrido un largo camino y sus misterios están escondidos tan a la vista que son imposibles de ver, por eso creen, inocentes, que al halagarla la guían directo a la trampa, pero se equivocan, no es fácil jugar con esta mujer, porque no es cualquier mujer.

Ella también es hombre…

19 de mayo de 2011

Grises y café

Está todo quieto y llueve, hoy es uno de esos días pálidos y callados de grises y café.
Ayer… ayer fueron su cansancio, su llanto y sus gritos al cielo, pero hoy Ella brilla de colores aunque esté vestida de duelo y con las uñas de negro, tiene el pelo suelto y esa mirada abierta, libre e intensa que ejerce la admisión con pleno derecho, porque es su mesa, son sus cartas y es su juego.
Se saca los anteojos, ya nadie puede ver lo que piensa, ya nadie tiene siquiera la posibilidad de saber lo que siente.
Es Ella, de eso no hay duda, y es la Otra, en la que se desdobla.
Son dos
Son la misma
Insondables…
Inalcanzables…
Es la verdad y el engaño.
Es las palabras y el silencio.
Es el reflejo y el espejo.
Es lo que muestra y el misterio.
Es andar descalza y es también, el ruido de sus tacos en el suelo...

17 de mayo de 2011

Jugando

Agazapada, invisible y tranquila, espera, como un cazador… y escondida entre la hierba se mueve en silencio como si fuera parte de la misma tierra.
Sonríe, hay cosas que no pueden ser y sin embargo son, porque es todo tan predecible, tan lógico y al mismo tiempo tan bizarro y sorprendente!
Ahora está jugando, y ésta vez es en serio, sabe cuáles son las cartas y está apostando fuerte.
Atrás quedaron el miedo, las preguntas sin respuestas, el desconcierto, y el sudor helado en el sueño.
Se mimetiza, se desdobla, es Ella, es Otra, es la imagen que le devuelve el espejo, es lo que ven los demás, es lo que oculta, es lo que muestra, es las palabras, es el engaño, es la verdad, los silencios, y el más puro misterio…

¿Estará el as sobre la mesa?
¿O estará en su cartera…?

15 de mayo de 2011

Antónima

Hizo algo que tal vez no deba hacerse, pero lo hizo igual, espíritu rebelde y juego peligroso si los hay…
Decidió desdoblarse, pararse justo en frente de Ella y actuar como si fuera su propio antónimo… resulta algo incómodo porque tiene que pensar mil veces qué decir, qué escribir, mil veces qué sentir!
Se revuelve en la silla, sus manos se aquietan en el teclado, sus dedos esperan el orden de las letras y la correcta ilación que tarda demasiado, pero lo logra, midiendo cada movimiento porque puede caer al abismo en cualquier momento.
¿Cómo ser Ella sin serlo?
¿Cómo ser su propio opuesto?
Ella ya se conoce, pero desconoce el efecto que causa en el resto, y el espejo le devuelve una imagen que la impacta y la deja sin aliento.
Se recorre, se observa, se abstrae y se espía, sondeando en silencio secretos hasta llegar hasta sus más íntimos misterios.

Los ojos verdes que la miran le devuelven pícaros una sonrisa.

...hoy está probando ser el antónimo de sí misma…

13 de mayo de 2011

Determinada

Camina con paso firme, y por la misma inmensidad que ayer la sacó de quicio y la hizo gritar; hoy su andar es otro, su cuerpo sin peso baila en las veredas como si fuera viento, y se escucha dulce y despreocupada la melodía de sus tacos en el suelo.
Es otra, siempre es otra, pero hoy está distinta. Siente que la fuerza que sale de la tierra la absorbe, y la lleva en el aire como una burbuja de colores.
Sus caderas se mecen, desafiando cualquier juicio al caminar, mientras sus ojos… esos ojos verdes, insondables y misteriosos, resultan imposibles de esquivar.
Cruza calle tras calle sin mirar para atrás, como hace con su vida, y acepta jugar, porque ya no le queda nada que perder y porque sabe que va a ganar…

(lo importante, en realidad, era intrascendente…)

5 de mayo de 2011

Inicio

Y mientras camina por el vasto espacio en el que hace un tiempo tuvo que entrar, se pregunta de qué se tiene que dar cuenta, qué es lo que tiene que ver, a dónde tiene que mirar.
Se detiene, la brisa de siempre la sigue y eso la tranquiliza, pero no puede preguntarle nada porque jamás le contestaría.
Pone las manos en los bolsillos y sus ojos se posan lejos, o cerca que es lo mismo, pero lo único que distingue es la más suave y sustancial ausencia de todo… nada…
No sabe qué buscar, ni si buscar, no sabe para dónde tiene que mirar o si hay algo que ver; sólo siente que la metieron a jugar y ahora que ya está adentro no sabe qué juego es, ni cómo se juega.
Entonces gira, y ésta vez con la brisa dándole de lleno en la cara, saca las manos de los bolsillos y las agita, impotente, en el aire, mientras le grita a algo o a alguien: ¿qué es lo que tengo que ver?
No hay respuesta, no hay nadie, no hay nada… sólo Ella

Gira en silencio. Hoy, ya nada es lo mismo, y vuelve a poner las manos en los bolsillos.

Acaba de decidir que no le importa no tener ventaja, y que sea lo que sea, va a tener la fuerza para llegar a casa…

3 de mayo de 2011

Tormento

Sigue en el piso, arrodillada, abrazándose el estómago. Intenta levantarse pero el dolor le cruza el pecho como una brasa caliente, de lado a lado. Siente que la torturan, le queman en los oídos, dan vueltas a su alrededor, son demasiadas y la marean, y la hunden y la llevan afuera y la sacan de su centro, aturdiéndola y negándole el acceso a su silencio.
¿Por qué ahora?
¿Por qué?
Mira alrededor como mira un ciego, sin ver. Las escucha, ni mil manos le alcanzarían para taparles la boca y callarlas y ya no tiene fuerzas ni para rendirse ni para levantarse y echarlas.
Se le acercan las paredes, como si estuvieran construidas sobre rieles; y las sombras se ciernen sobre su cabeza agregándole un martirio más a su sufrimiento.
Huir no es la respuesta porque la van a seguir adonde quiera que vaya. No, no va a huir. Está clavada en el piso, sobre su alfombra, con los brazos ceñidos a su estómago, hincada de rodillas y sin aliento para levantarse.
No hay nadie, está sola, con ellas… millones de ellas.
La desafían, insultando su inteligencia. La acorralan hace horas y no se van a ir, no tan fácil…
Ella sabe que la respuesta es no responder, pero el dolor no cesa y ella no puede correr. Necesita aire y con las paredes acercándose y sin puertas ni ventanas siente que la asfixian y entre lágrimas les grita que ya dejen de acuciarla.

Y mientras se derrumba, resuena en sus oídos la peor de las respuestas:

“Ésta vez no hay ventaja,
vas a tener que enfrentarlas”

1 de mayo de 2011

Preguntas

En algún momento de la noche descubrió que a su alrededor, y como si fueran aire, habían infinitas preguntas. Quiso detenerlas pero le fue imposible, ya era tarde, por algún resquicio se fueron infiltrando y sin darse cuenta las fue respirando.
Ahora está a merced a ellas, parada en el medio del salón, impotente, descalza y sorprendida.
Se diluyen las salidas, sin ventanas y sin puertas, no hay espacio por donde escapar. Está confundida y paralizada como si en un sueño y a mitad de la noche le hubieran entrado a robar el alma.
No sabe qué hacer, no puede respirar, la sofocan al punto de ahogarla, la acosan sin la más mínima compasión presionándola y subyugándola, doblegando su espíritu y haciéndola caer de rodillas.
Hincada y sin aliento se dobla sobre sí misma, tratando con los brazos de aplastar tanto dolor… pero no puede, siente que es imposible, sabe que ya no da más…

Hoy no tiene escape, ni respuestas
Hoy siente, que está al límite de sus fuerzas…