22 de mayo de 2011

Una foto

A la distancia una simple foto la golpea como una bala directo en el pecho, se le hace un nudo en la garganta y se le llenan de lágrimas los ojos.
Puede palpar la tristeza de ese rostro, la ausencia, los eternos grises, el desamor, la dejadez, la vana y superficial rebeldía y los gritos tan audibles y a la vez tan silenciosos.
Sus dedos recorren las arrugas de esos ojos hace tiempo acariciados y se le caen las lágrimas, ya no puede hacer nada.
Se sienta en sus escalones, es de noche y hace frío y no puede borrar la imagen que la golpeó, le resulta imposible y no entiende porqué.
Se dice a sí misma que no hay una explicación para estas cosas y que sólo pasan…
Respira hondo, se seca la cara con las manos y se levanta.

La imagen que vio, hoy la sigue, como una sombra, por toda la casa…

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

No golpea la foto. Uno mismo se golpea con los recuerdos. Los recuerdos de uno para con la foto. Es la impotencia de poder VER la foto.