16 de marzo de 2011

Alguien... nadie...

Sola y acompañada, con los pies en la tierra suave y los anteojos puestos.
Hoy tiene una compañía que conoce y desconoce, una compañía que está siempre sin estar, una compañía vacía y silenciosa, una compañía que le sonríe y le dice, una compañía que le tiende la mano y la lleva a caminar y aunque no hay nadie con Ella, en el paseo son dos, y no se miran, y no se tocan, y no hablan, y mientras una sonríe, la otra sólo se deja llevar.
Ella sabe que es un trecho largo éste que le toca ahora andar y no lo conoce y le provoca escozor en el alma y la moviliza y lo entiende sin entenderlo.
Ya pasó por este prado muchas veces, pero nunca lo recorrió, lo miraba sin verlo sintiéndolo parte de su vida, pero hoy tuvo que entrar y sabe que el camino es largo.
No tiene miedo pero sí siente cierto desconcierto, porque está en la oscuridad del desierto aún con pleno sol en el cielo…

Una sonríe
la otra se deja llevar…
van de la mano
Ella y la soledad…

3 comentarios:

Unknown dijo...

Vengo desde otro blog amigo. Me quedo, te sigo desde ahora, porque me erizaste la piel con tus palabras, porque me devolviste las ganas de seguir leyendo cosas como ésta que dan ganas de aplaudir de pie.
Un abrazo

PD: te invito a conocer mis espacios.

Amalia Raimondi Razza dijo...

Gracias Susana!!! muchas gracias por tus palabras. Ya me voy a tus espacios. Un beso

Adriana Fernandez dijo...

Es el momento en el que la soledad habla, el momento propicio para encontrarse, para dialogar con uno mismo, para acercarse a la identidad. Bello, como siempre.