25 de abril de 2012

Dos años después

Hace un tiempo y entre baldosas sueltas salió a caminar: labios rojos, taco aguja y anteojos negros.
Se escuchaba en la calle cómo el viento alborotaba su pelo y cómo, en cada esquina, el eco de sus pasos se hacía más que sólo eco porque en ellos se podía leer la fuerza de cada pisada en el suelo.
Se hizo de noche y aún con los anteojos puestos siguió caminando, calle tras calle, con las manos en los bolsillos y el cuello de la campera subido hasta las orejas.
Recorrió cuadras y más cuadras en todo este tiempo, pasó por infinidad de pueblos, miró cientos de caras, entró y salió de más de una casa, se sacó los tacos y caminó a pie descalzo, se desnudó del abrigo cuando ya no sintió más frío, se ató y desató el pelo, cambió el color de sus uñas del negro al blanco y del blanco a nada, pasó de todo a un puñado y de un puñado a sólo algo, lloró como para llenar con sus lágrimas el mar pero se rió hasta secarlas, hundió barcos y levantó anclas, tiró remos y quemó bosques enteros hasta llegar hoy a esto:

Ella
Detenida
Un instante
En una esquina
Sin almas a la vista
A las siete de la tarde
Con charcos de lluvia reciente que brillan
Con la luna pidiéndole permiso al sol
Y tan sola como cuando empezó


Nota de la autora: El 3 de julio de 2010 escribí el primer relato del personaje “Ella”. Hoy, y después de más de 100 historias contadas, surge otra mirada.

Escrito el 23 de Abril de 2012

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

Muy bueno. Y me encantó el dibujo del barco formado por las letras.