1 de abril de 2012

Gusto a falta de inteligencia

En la bandeja el té, infaltable, y frente a Ella, infaltable también, baila el humo del primer cigarrillo del relato.
Hoy a la tarde tuvo un encuentro que le llenó la boca del gusto que tiene la estupidez, la ignorancia ajena y la falta de tacto y no pudo menos que vomitar lo que sentía en el acto. Por ahí hizo una breve aparición la venganza, pero prefirió no usarla. No porque no deba, sino por una cuestión de ida y vuelta y porque la vida se encarga de todo, y porque su arma más certera es la paciencia.
Soltó hace rato y no espera inteligencia y mucho menos intelecto del otro lado ¡pero hoy sí que le bailaban en el hombro los diablos! y el gusto a asco le tuvo toda la tarde el corazón en un solo sobresalto.

Tranquila ya y lejos de candingas, prende el quinto cigarrillo del relato, mientras imperceptible, se le dibuja una sonrisa en la comisura de los labios…

Con Ella, sólo un loco se atrevería,
pero él fue osado,
se creyó el cuento de que era distraída
y le salió caro.

Escrito el 20 de Marzo de 2012