24 de abril de 2012

Justo a tiempo

Y no se retrasó, llegó justo a tiempo, justo en el mismo momento en que el viento dejó de silbar, apareció.
Es un monstruo de fuego, una avalancha de piedras, una guillotina cortándole la cabeza, un tornado arrancándole de las manos la entereza.
Lo esperó sentada, inquieta y cansada pero igual tiene ganas de tirar todo lo que queda y salir corriendo por la arena. No sabe qué es lo que todavía la sujeta y la frena, ¡no tiene ni la menor idea!
Algo le dice que conserve la calma, que siga sentada, que no se levante, que siga llorando pero que no haga nada hasta que el polvo se aplaque y sus puños dejen de crisparse.
Se terminó la alerta roja y el viento dejó de silbar, en este momento está pasando el huracán y sólo el dulce susurro que le sale de las tripas la mantiene todavía acá…

Escrito el 23 de Abril de 2012

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

qué buena imagen la del huracán externo, frente al susurro interno. Me encantó.