1 de abril de 2012

A calzón quitado

¡Ya está! Se cansó, y de ese cansancio salieron las palabras justas, sin rodeos, sin tiros por elevación y en una sola oración.
¡A Ella no! Porque de esto sabe un rato largo y está todo más que claro. No se puede esconder un elefante en un monedero y cuando la realidad es tan tangible ¡a otro con ese cuento!
Ahora sí que largó todo y el corazón late a coro con la paz que logró sin el más mínimo decoro.
Usó las palabras justas, sin eufemismos ni sinónimos, sin rebusques ni antónimos.
¿Quedó bien? ¡Qué le importa! Si lo que está escribiendo no es una carta de recomendación sino más bien una panorámica en acción. Ya estuvo bueno el tema de tanta interpretación y ahora le tocó cantar más afinada que nunca la canción del sanseacabó.
Nunca le salió tan redondo, el escrito parece una moneda, eso sí, de una sola cara porque no dejó resquicio por donde pueda filtrarse una respuesta.
Se permitió escupir sin asco en el medio de la calle conservando la cintura y salteando algún que otro detalle, como para no herir susceptibilidades.
Fue orgásmico el desfile de improperios, un dominó de carcajadas a teatro lleno, una cerrada de puerta en los dedos, un choque sin ilesos, una media vuelta a puro taco y pelo suelto.
Tiene con qué y lo sabe, a Ella no le gana nadie en sustancia y para hacerle frente y amedrentarla ¡vaya que hacen falta más que unas cuantas palabras!

Escrito el 24 de Marzo de 2012

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

Me hubiera gustado ver la cara del destinatario de tan pocas palabras.