Ella le pide que la lea y le dice que hace días que está en alerta.
Se siente tranquila, no hay nada que pueda derribarla porque la vara se rompe por la parte más dura y Ella espera en flexibilidad completa.
Sigue en la saliente de la roca, sin preguntas, sin planes y sin estructuras y aunque tiene los dedos y el alma en carne viva y está llena de llagas, respira sosiego y la más pura calma.
No es consuelo para él que ella sienta lo mismo, la experiencia no es una posta que se pase de madre a hijo, pero al menos él sabe que puede apoyarse en su cobijo.
Ella le lleva la ventaja de estar en esto hace mucho tiempo, pero él está más limpio y tiene menos sueños y en el placard menos muertos y a su edad…
a su edad está más cerca del suelo…
Para mi hijo José Luis, que está transitando el más duro pero también el más maravilloso camino.
Escrito el 10 de Abril de 2012
1 comentario:
Hermoso. Me hiciste emocionar.
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