1 de abril de 2012

Cerrar con suavidad

Hay mil maneras de cerrar una puerta, como hay mil maneras de cerrar una historia y otras tantas de batirse en retirada hacia la gloria.
Hoy, entre un té guindas y otro de jazmín, descubrió la manera de hacer gráfica su forma, para que la entienda el que tiene oídos para escuchar o para plantar la semilla en aquel que todavía tiene la tierra sin arar.
Ella siempre dibuja con las manos lo que dice, como un mudo hace letras con los dedos, ella pinta un cuadro con la escena de lo que cuenta.
Hace unas semanas atrás y junto a un revuelo de palabras mal interpretado, creyó que había cerrado, pero no, porque cuando se cierra una puerta con enojo y con dolor, se cierra de golpe y la misma fuerza que la cierra la vuelve a abrir, mostrándole que así no, que tiene que tomar la decisión cuando el fuego se apagó, cuando el hambre se sació, cuando la ira se aplacó y la lucha se rindió.

Cerrar algo despacio
es darle tiempo a las cosas para que ocupen su espacio,
cerrar algo despacio
es llevar al boxeador al rincón con los brazos a los costados…

Escrito el 22 de Marzo de 2012

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

Me encantan tus metáforas. Vos a usar la del boxeador mencionando la fuente.
:)