1 de mayo de 2012

Vueltas

Hoy es el último día de algunas cosas, decidió que lo mejor era abrir la puerta, subirse al auto y seguir. Ya está, no hay vuelta atrás, porque no quiere convertirse, como la mujer de Lot, en estatua de sal. Es consciente de que hoy vuelve a casa, y sabe que vuelve para volver a empezar.
Aprendió en estos meses a callar y a leer las miradas y el corazón de su amiga del alma. Ahora está tranquila, sus tripas ya no gritan, el viento dejó de silbar y el polvo que había en el horizonte se terminó de asentar.
El sol entra de a ratos por la ventana y a tropiezos le calienta la espalda, a esta hora hay café junto al cenicero y tres cigarrillos que se acaba de fumar, está descalza, y como cada vez que se sienta frente a la máquina con las piernas cruzadas, el silencio le habla.
Sabe que la vida es un juego cerrado que se muestra al tranco por eso Ella confía y como puede le sigue el paso. Tiene en claro que el pasado no se puede cambiar, que el futuro no se puede adivinar y que el presente es para caminar, nada más.

Escrito el 28 de Abril de 2012

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

El futuro es para caminar. La idea de futuro es la que nos hace andar.