11 de mayo de 2013

Ambas


Está feo el día y es temprano, pero parecen las siete de la tarde. El viento sopla fuerte a mi pedido, quiero que se lleve mis delirios y me deje sola y en silencio con mis notas y mis libros. Nada más que eso pido.
Por eso hoy voy a su encuentro y me abre la puerta Ella, mi otra parte, mi “quisiera” y sonríe mientras la cierra, para que no se cuele nadie y para que yo pueda despatarrarme y llenarle de miradas que sólo ella entiende, las paredes.
No es posible ni queriendo que interrumpan el misterio. La dirección es vaga pero cierta y su cara se desliza entre tantas como una más, imposible de identificar.
Hoy vengo a llenarle el espacio de disparates, porque quiero deshacerme un rato de ellos y que ella los cargue y para eso no hacen falta palabras, el alma no tiene letras, es una partitura bella, llena de música pero sin corcheas.
Mi espalda está pegada a la pared y la de ella lleva todo lo que le endilgué. Su calma se suma a mi asombro porque sus hombros llevan mi peso y ella lo carga sin pensar en que puede ser un estorbo.
La miro, ahora sé qué hacer con mis escombros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tоdaу, ωhile I ωas at ωοrκ, my couѕin ѕtolе my iphonе and testeԁ tο ѕее if іt сan survivе
a 30 fοοt drop, just so shе саn be
a youtube sensatiοn. My аρρlе іpaԁ is nοw dеstroyeԁ and she has 83 vіews.
І know this іѕ totаlly off toρіc but I
hаd to ѕharе it with someone!


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Adriana Fernandez dijo...

Buscando refugio, quizás?