20 de junio de 2012

Veces...

Un día gris de esos en donde los minutos hacen eco y tardan el doble en pasar y perderse en el eterno. Un día sofisticado, lleno de cosas pero vacío de significados. Un encontrarse de vuelta subida a la calesita y sin la sortija.
Recorre la casa vacía sintiendo que el tiempo se ha detenido en algún momento, y mientras se mira en un millón de espejos, pasa las manos por cada superficie de arena convertida en reflejo acariciando mil mejillas frías con los dedos.
Descalza trata de sentir el suelo, pero es como si volara, hoy no siente nada. Tiene un hielo en el pecho y un rictus cósmico en los labios, no hay mucho para hacer, no está para correr, no se quiere perder ni seguir sombras que sabe se van a desvanecer.
Hoy en su teclado carece todo de entonación y la melodía monótona de sus pasos en sordina le cuenta un secreto prudente y discreto que Ella quisiera estrellar en el suelo…

1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

Me encantan tus imágenes literarias. Ya las extrañaba.