20 de diciembre de 2010

Descarado

Es un gigante y está siempre al lado de Ella mirándola con aires de grandeza, sintiéndose superior, sonriendo con sorna cual bellaco arriba de un caballo.
Ella lo escudriña inmutable, impávida ante tamaña demostración de arrogancia y poder, y mientras se estudian con detenimiento y el ceño fruncido, miden fuerzas, destreza y habilidades.
Él quiere pero Ella decide ignorarlo olímpicamente, cierra los ojos, apoya los codos en el escalón y no lo deja entrar.
Su cara se transforma ante soberano desprecio haciéndolo más alto y más grande de lo que él cree que es, entonces, con los brazos en jarra la increpa tratando de censurar su ausencia, intentando violar su esencia, dándole golpes a su inmutable silencio y errando cada estocada con tal éxito que lo único que le queda es batirse en franca retirada.
Aún con los ojos cerrados y los codos apoyados en el escalón, Ella siente que él se va.

Sonríe… el viento le está haciendo cosquillas hace rato y no puede aguantar…

Ella y el Ego

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