31 de octubre de 2013

Nunca

Si se me hubiera ocurrido hacer una lista con todos los “nunca” que he dicho, hoy estaría ocupadísima tachándolos y riéndome a carcajada limpia de las vueltas que da la vida.
Pero hace un tiempo que los “nunca” se han ido y no es porque así como así hayan desaparecido o porque alegremente haya decidido no decirlos, no, los nunca se han ido justo en el instante en el que la estructura ha cedido y en el preciso momento en el que la flexibilidad, abstracta, suave y madura ha aparecido, mostrándome una infinidad de cambiantes paisajes y no una foto muerta y estática, como todo lo que antes había visto.
Haber decidido no volver a reconstruir lo caído, no planear el mañana y soltar el pasado al vacío me ha permitido, en estos últimos catorce años, caminar por la vida y no vivir esperando que ella pase por mi escritorio a buscar el recorrido.

Y como todo cambia a cada segundo
y salvo la muerte, nada es seguro,
vivo yendo y viniendo el equilibrio,
sin lastres
sin escudos
sin antes
sin mañana
y sin más nunca, aunque esté pisando vidrio.


1 comentario:

Adriana Fernandez dijo...

El país de "nunca jamás" es una fantasía de un cuento de hadas.