14 de junio de 2013

Gris diablo

Baja los cinco escalones gastados y camina la arena blanda, alguien va a su lado, andando a su mismo paso, dejando marcadas otro par de huellas y sosteniéndola con firmeza para que no caiga.
Es honesta consigo misma, ahora lo necesita, como lo necesitó aquella vez cuando decidió subirse para manejar su propio tren, y como lo necesitó tantas otras veces, después.
Ella no lo llama, él aparece así, de la nada, y tirando con fuerza la rescata. No precisa convencerla ni mentirle, se conocen desde hace años y, cuando no hay blancos ni negros y todo se nubla y el entorno es un monótono color ceniciento, ella se permite esto para que se libere el acceso, para volver a ver los extremos, para rozar el equilibrio y sacudirse los grises intermedios.

Hoy, dos pares de huellas cruzan el puente,
son Ella y el Diablo,
y van de la mano.

No hay comentarios: