Agenda
abierta, listas, papeles dando vueltas, días tachados en el calendario y la
mente en blanco.
Se me escapa
el centro, desenfoco, gira la calesita y no saco la sortija.
Las letras
están desparramadas, las ideas “yiran” y los párrafos a doble espacio me miran,
desconcertados, pidiéndome que haga algo.
Vuelve “Ella”
y yo me voy o nos quedamos las dos viendo cómo pasan apurados los segundos en
el maldito reloj.
La idea de
nada, la acción de estar parada, la mandíbula apretada, el nudo en la garganta
y en el estómago un puño de sangre que se hace agua.
Estoy
desencajada, helada y arrinconada. Soy un tigre furibundo en una jaula.
No quiero entender ni entenderme.
Detesto explicar lo inexplicable, no puedo,
(porque) “lo siento”
1 comentario:
Puedo oler el lobo estepario en tí.
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