24 de agosto de 2012

Es posible

Está en bata, con la toalla enroscada en la cabeza y sin anillos salvo el del pulgar derecho, cero maquillaje, teclado y cigarrillo, té negro, uñas blancas y piernas cruzadas.

(Este es un relato inusitado, entregado en cuerpo y alma, contado a través de Ella pero mío. Raro, pero en este momento me trasladé a su espacio y estamos a metros de los escalones blancos)

Los días que durante tanto tiempo se le hicieron eternos se convirtieron en segundos condensados que pasan apurados y que Ella quisiera detener entre las manos. Aprieta los labios, no puede evitarlo pero se escapan de sus ojos bosque claro, lágrimas de una larga espera, la sensación de haber llegado, el dolor de arrancarse el luto sin reparos y el darse cuenta de que el árbol que creyó seco, ahora está brotando.
No está sola, llegó a su remanso, a ese lugar del río que le susurra tranquilo al oído, después de tantos años, que es posible enamorarse amando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro con el corazón bella mali!

Adriana Fernandez dijo...

Uy!!! qué lindo!!!! No tengo más palabras.