Ya se terminó el té y el cenicero está lleno de sentimientos que Ella no logra comprender.
Descansa descalza de espaldas a la pared, las luces apagadas, la madera oscura, la alfombra gastada, los almohadones anaranjados, los cinco escalones blancos, los anteojos negros, los labios húmedos, los tacos guardados y, siendo cómplices de lo que siente y fieles testigos de lo que no entiende, sus manos
casi quietas sobre el teclado…
Escrito el 14 de Octubre de 2011
1 comentario:
Otra vez los colores. Otra vez tu regalo de "ver" a través de tus palabras. Gracias.
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