Está todo de cabeza, pero veía venir la tormenta, había demasiada calma en la superficie y los grises la saturaron, al punto de barrer las cartas de un solo manotazo.
Pronto van a ser ocho años, el tiempo que se tardó en aprender a torcer, el tiempo que se tardó en estar alerta, el tiempo que se tardó en vaciarse, el mismo tiempo que se tardó en abrir los ojos y despertarse.
Irónicamente se está durmiendo
pero sus dedos se deslizan silenciosos sobre el teclado,
como se deslizan silenciosos los ojos verdes que añoran,
la piel ardiente que llora
y el corazón que late lento
esperando al amado que se demora…
Escrito el 11 de Febrero de 2012
1 comentario:
Cuando la espera es resumen, como éste, se nota que el dolor es largo. Qué lindo escribís. Qué placer leerte.
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