16 de agosto de 2022

Así como

Hoy no encuentro el humor, digamos que tampoco voy a salir a buscarlo porque no sé ni en dónde lo perdí, y les advierto que tengo la mirada del mismo color del pijama, negra como mis uñas, negra como mis ganas.
Les cuento que estoy subida a un carrusel en el que me pasan cosas y a la vez no me pasan y que en ese vaivén arbitrario y escurridizo y sin saber muy bien qué hacer ando trepada desde hace más que ayer.
La verdad es que la emoción que me embarga es la sorpresa más escéptica, es como una desconfianza risueña, es la saturación misma de algo que termina y que solo más adelante voy a poder explicar.
Tengo más que claro que se viene un portazo y también que voy a la desnudez total, lo que sí me intriga como nunca antes jamás, es la Amalia que voy a encontrar cuando dé el salto al vacío que todavía no me animo a dar.

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