28 de junio de 2018

Silenciosa


Me siento silenciosa y ajena a palabras que definen sin definir nada y que necesitan de más porque con una sola no basta.
Hoy estoy lejos del altar en el que las había puesto y ya no me fío de ellas pues entiendo que son una opción empobrecida, una pomposa asociación ilícita, las migas con las que se intenta explicar aquello que jamás podría caber en un cuaderno.
Las letras fueron creadas para ser “un medio” y no “el destino” de todo mortal alfabeto, por eso los significados han perdido mi respeto, así como los constructos que pretenden alinear al vasto universo.
Hay que quitarle a la palabra el peso y la responsabilidad que se le ha puesto en la espalda, porque a la realidad señores, no la define un concepto, de la misma manera que no podemos tapar el sol con un dedo.



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