12 de enero de 2018

Desandariego

Mis manos frías necesitan el calor de las letras para así definir lo que las inquieta.
Hoy una lejanía solitaria alborota mi alma y el agobio confundido me confirma que existen esos dichosos hilos de plata.
Los cuestionamientos quedaron en algún lado del pasado porque la calesita que otrora se había convertido en recta, hoy volvió a ser lo que era.
Siempre digo que no hay palabras para un montón de cosas y ésta es una de ellas.
La vida es un sutil contraste de eternos y contradictorios blancos y negros, feos y bellos, tristes y contentos, es por eso que no hay cuestionamientos y ahí me quedo. En este balance perfecto de complementarios opuestos.
Si hoy se me presenta un tiempo de tristezas lo acepto sin cuestionarlo, nunca se me ocurriría estrellarlo en el suelo porque sé que si lo hago estaría rompiendo la alegría que está exactamente del otro lado.


2 comentarios:

MAC Remy dijo...

No se de donde sacas tanta inspiración, siempre nos dejas meditando...

Amalia Raimondi Razza dijo...

Gracias Mac! La idea es exactamente esa!