Mis manos frías necesitan el calor de las letras para así
definir lo que las inquieta.
Hoy una lejanía solitaria alborota mi alma y el agobio
confundido me confirma que existen esos dichosos hilos de plata.
Los cuestionamientos quedaron en algún lado del pasado porque
la calesita que otrora se había convertido en recta, hoy volvió a ser lo que
era.
Siempre digo que no hay palabras para un montón de cosas
y ésta es una de ellas.
La vida es un sutil contraste de eternos y contradictorios
blancos y negros, feos y bellos, tristes y contentos, es por eso que no hay cuestionamientos y ahí me quedo. En
este balance perfecto de complementarios opuestos.
Si hoy se me presenta un tiempo de tristezas lo acepto
sin cuestionarlo, nunca se me ocurriría estrellarlo en el suelo porque sé que
si lo hago estaría rompiendo la alegría que está exactamente del otro lado.
2 comentarios:
No se de donde sacas tanta inspiración, siempre nos dejas meditando...
Gracias Mac! La idea es exactamente esa!
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