18 de octubre de 2017

Una mala pasada

El día se pinta gris, yo como siempre visto de negro, los tacos volaron cuando llegué y hace un rato me bañé, con la esperanza de calentar mi alma y apagar el infierno que escoce mi piel.
Hubieron cosas difíciles en mi vida, pero hay una en particular que no logro todavía acomodar.
Es una negrura insondable que me abraza y me ahoga negándome el aire, impidiéndome abrir los ojos y filtrándose en todo lo que logro.
Es mi talón de Aquiles, mi parte débil, el lugar en donde mi sendero se estrecha, se oscurece y se llena de espinas haciéndome imposible la subida.
Cuando llega y se muestra pierdo el centro, y en la caída siento cómo me devora hambrienta la tierra.
Hoy, acurrucada en un rincón de mi casa, hay una niña asustada que esconde entre sus rodillas mi cara.

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