Es tarde y el
día no quiere acostarse. Por eso estas letras, mi única manera de tirar al
vacío tantas lágrimas, tantos dolores y más miedos de los que puedo contarte.
Va a ser éste
un día difícil de olvidar, un día que rondará y rondará hasta que alguna
palabra, algún gesto, algo, lo que sea, se lo lleve y no me lo traiga más. Y
aunque siempre digo que la soledad y el silencio son mi refugio, hoy no fue el
caso y caminé descalza los fuegos de mi propio infierno, fumé más de lo
imaginado y ya casi pisando las tres de la mañana sigo tratando de exorcizar
esta sensación de ardor eterno y este maldito gusto a terror y hiel que siento
en la boca desde toda mi historia.
Cosas mías,
cosas que espero el sueño algún día aparte de mi camino y nunca más se levanten
conmigo.
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