18 de julio de 2018

Sujeto perdido


En realidad es “sujeta perdida”, objeto perdido, objetivo perdido y hasta perdida, pero como el título no puede ser tan largo me detengo este segundo nada más para aclararlo. Ahora al grano.
Me perdí a mi misma en cualquier lado. Me fui un momento, salí del frasco, mis pies me llevaron y desaparecí de mis botas de taco alto.
No estoy acá, no soy la que escribe, no soy la del café, ni la de las tazas, ni la de los anteojos negros, ni la del cenicero ni Ella. No soy yo, yo me salí y ahora no me hallo.
Juro, y no en vano, que hace rato que me estoy buscando, pero entre una cosa y la otra, entre el objeto y el sujeto, entre el observador y lo observado, entre el verbo y “lo predicado”, entre adjetivos y “adjetivandos”, entre juicios y condenados, entre la intriga y lo intrincado y entre lo que digo y lo interpretado se me fue el hilo y vaya a saber en qué cielo ando.
Creo que al bajarme de los tacos me deshice en pequeños pedazos y sólo quedaron mis manos quietas sobre este silencioso teclado.

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