19 de agosto de 2016

Sensaciones

Voy a intentar explicar lo que siento, cuestión que desde hace tiempo, me ha llenado el alma de un fuego que las lágrimas que me obligo a tragar todavía no pueden apagar.
Es por eso que decidí escribirlo, con la amable esperanza de exorcizarlo y diluirlo para siempre en estos trazos.
También quisiera decir que tengo los ojos pintados y puestos los tacos y que como siempre la taza de café y el cigarrillo acompañan el relato.
Ya instalada viajo a mi centro y mientras camino lento sorbo la bendita calma que me llevará sin dudas a la verdad de estas llamas.
No tardo más de un segundo en enfrentarme con un triste y pesado silencio que, sin articular palabra, me grita desaforado y me arroja con una certeza lacerante, densos pedazos de un pasado que al caer a mi lado no reconozco como míos pero que aun así me arden.
Tardo en reponerme del encuentro, pero más que nada me cuesta entender que es un infierno ajeno esta vez.

No hay comentarios: