¿Por qué titulé
“Cuesta reiterativa” a este relato? Por muchos motivos, sentidos como todo lo
que escribo, en donde nada es inventado ni falseado y lo que suena en el
teclado es lo que siento sin intervalos. Así de simple y claro, ahora sigamos.
Hoy pensaba
que decir que estoy bien sería, lisa y llanamente, mentir. La verdad es que las
cosas están bien, pero yo todavía no aterricé, y si hay algo que no puedo hacer
es disimular y sonreír todo el día como si fuera una tonta, porque no sólo se me nota, sino que aparte
no aporta.
¿Me quejo de
llena? Tal vez, pero nadie está en mis pies.
¿Debería ya
haber pasado todo? En teoría sí, pero la práctica dice otra cosa.
¿Fui yo la que elegí este camino? Sí, y estoy en paz con la decisión que tomé.
¿Y entonces por
qué todavía no aterricé?
Porque parece
que no es fácil despojarse de la piel y porque la inercia hace que siga
buscando el tacho de basura en el rincón y porque en el despegue no pude medir
ni vi venir lo que iba a sentir.
La cuestión es
que todavía estoy acá, con muchas preguntas, muchos porqués, mucha paciencia,
mucho pucho y un montón de café.
1 comentario:
Casi casi un "eterno retorno".
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