23 de junio de 2022

La máscara

Hoy hace frío, mucho frío y recién llego. La cartera está en el piso de la entrada, la campera tirada, las botas mal acomodadas, las uñas más que blancas y en las tripas una urgencia incontenible de exorcizar con las manos lo que siento que me pasa.
Les cuento que recién vi a un fantasma mientras venía de camino a casa. En un segundo levanté la vista del piso y ahí estaba, a un escaso metro de mi aura. Confieso que la mirada fue de menos de un instante, pero bastó para que me lo trajera en andas cuesta arriba cuatro cuadras pegado como una garrapata a la retina de mi alma.
Al llegar dejé todo y fui a mirarme la cara. Mis ojos me dieron la tranquilidad que esperaba.
Después me paré en el medio del living, mis libros y mis papeles yacían prolijamente desacomodados como yo los había dejado.
Entones me puse las pantuflas viejas y peludas que él tanto detestaba y envuelta en mi amada manta de silencio, miré las cuencas vacías de su máscara, despegué sus garras de mi alma y lo tiré por la ventana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me quedo con ganas de saber más de esa historia.....gracias Ama, me atrapó.