19 de marzo de 2018

Minutos


Hoy tengo para decir que sigo con las botas puestas, que ya terminé el café y que entre los dedos tengo el segundo cigarrillo que acabo de prender.
Había empezado este relato diciendo que tenía poco tiempo, pero cuando lo releí mis dedos se paralizaron sobre el teclado como avisándome que había que revisarlo.
Convengamos que por una cuestión de orden el mundo se rige por horarios, pero el punto no es ese, el punto que hoy quiero señalar es que cuanto más cuenten los minutos, más les van a faltar y si a eso le suman para restar (nunca tan bien dicho) que cada segundo que pasa no vuelve y que cada tic tac los acerca irreversible e inexorable, al final, entonces y sólo entonces van a entender lo perversas que pueden resultar dos agujas, mirándolos divertidas e imparables, detrás de un cristal.


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