24 de febrero de 2013

Otoño ilógico


Todavía estamos en febrero, pero llueve y hace frío. No es mi hora de escribir pero estuve leyendo algunas de mis letras y mis dedos se pusieron en alerta. En la mesa descansan el cenicero lleno de colillas y la taza de café, y mi hijo me dijo antes de salir que había demasiado silencio. Nunca es demasiado le contesté, como nunca es demasiado el café.
Se me ocurrió después de leer y no sé porqué, que tenía que explicar un montón de cosas, pero sonó justo el timbre y al levantarme pensé ¿explicar qué? aquel que me conoce, sabe, y el que no, por más que le explique no va a saber.
También tuve el impulso de borrar algunos de los relatos, pero ellos forman parte de mis “bagallos” y cuando los toqué retrocedí al momento en el que los escribí, a las piernas cruzadas, a la bata o a las manos frías, a si estaba maquillada o a cara lavada, tranquila o alterada y a todas y cada una de las noches abrigadas en que fueron concebidos y paridos como hijos de mi alma.
Debo reconocer que sonreí ante mi reflejo y que, gracias al cultivo esmerado del precioso don de la paciencia, carezco del defecto de la reacción por arrebato, porque de otra manera hoy sería cenizas y no estaría escribiendo esto.
Creo que es por eso que a simple vista parezco lerda, detenida, haciendo nada, como si estuviera posada en alguna nube de un cielo sin alas, pero aprendí a no cuestionármelo y dejé de intentar explicarlo porque aunque para mí sea claro, para el resto es raro y no entenderían que se trata de un simple desencuentro de universos.
Y entre todos estos desvaríos y la música de la lluvia en el tejado se me ocurrió dejar de lado algunas cosas irresueltas y me he invitado a mirarlas y a esperar a que se caigan de la mesa.
Tal vez ahora salga de casa despeinada y con la ropa manchada y me olvide el cigarrillo prendido o el auto abierto. Quizás ordene los papeles acumulados en ese cajón que se hizo demasiado chico o corte para siempre los hilos que me unen todavía a personajes sin tino.
Por ahí decido correrme de lugar y hasta me arriesgo a entregar una de las riendas y no contesto el teléfono y me voy a caminar mi locura con las medias puestas y desprendida de todo, para olvidar la historia y cerrarle los ojos al destino.

Me regalo este momento, me pongo un moño en el pelo, me pinto las uñas de negro, me lleno de anillos los dedos, descruzo las piernas, tomo el último sorbo de café, cierro las cortinas, prendo el séptimo cigarrillo del relato, entra mi hijo, me da un beso, un “te amo” rompe el silencio, es sábado, son las cuatro y cuarto de la tarde, apago la máquina un rato, dejo la “lógica” irresuelta sobre la mesa y me olvido la puerta abierta.

(tal vez a la noche cuando llegue la encuentre desierta)

4 comentarios:

Adriana Fernandez dijo...

Los chistes no se explican, los finales de las películas no se explican, las tramas de los policiales no se explican, los poemas no se explican, la vida privada no se explica.
Pintate las uñas, nomás. Mirate al espejo. Sonreí. Te estamos filmando.

Anónimo dijo...

I enjоy reаԁing thгough an аrtiсle thаt сan make pеοple
thіnk. Alsо, thanκs foг permitting me to comment!


my weblog :: we design greece

Anónimo dijo...

I don't know whether it's just mе or if perhaps everyboԁy else encountering ρroblemѕ
with уοur ωebsite. It appearѕ like some оf the tехt
ωithin youг content arе гunning
off the screen. Сan somebody else ρlеaѕe commеnt аnd
let me knоw іf this iѕ happening
to thеm as ωell? Thіs may be а іѕsue with mу internet
bгowser because I've had this happen before. Kudos

my weblog; look2fly.net

Anónimo dijo...

Yοu can cегtainly see youг expеrtise wіthin the work you writе.
The агena hopes foг mοгe passіonate writers
liκe yоu who aгеn't afraid to mention how they believe. Always follow your heart.

Feel free to surf to my website ... rasta fashion