9 de agosto de 2025

La vida misma

Hace meses que estoy ausente y, aunque las letras sean mi cotidiano, nada de eso que he escrito puede ser mostrado.
Lo que sí puedo contar es que pasa la vida misma, con sus subidas y sus bajadas y con más silencios que palabras, silencios que por otro lado me mostraron que estaba peleando otra de esas guerras que jamás iba a ganar.
Para resumir, entendí que en mí no hay nada “errado, fallado o defectuoso” de nacimiento, nada, absolutamente nada. Tampoco tengo que parecerme a ustedes, o a todos, o a alguien, ni quedar bien, ni ninguna de esas estupideces.
Desde siempre he tratado de encajar, porque eso se me dijo, y en ese sinsentido anduve a contramano de mí misma, llena de miedo a quedarme sola, a no ser querida, a no ser aceptada. Sometida a una voluntad que parece estar en todos lados, pero que en realidad no existe en ninguno, intentando caber en un molde rancio y desdibujado, sacando esto y aquello, corrigiendo lo otro, callando mi voz y lo que es peor, tratando de cambiar a la fuerza mi hermosa esencia.
Pero eso no sucedió, así que lo siento señores, conmigo no pudieron armar ese Frankenstein, y ahora ya es tarde.

No hay comentarios: